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Oseas 11:3 - Biblia Version Moderna (1929)

Y fuí yo quien enseñé a andar a Efraim, tomándole de los brazos: mas ellos no reconocieron que yo les daba salud.

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Biblia Reina Valera 1960

Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Yo mismo le enseñé a Israel a caminar, llevándolo de la mano; pero no sabe ni le importa que fui yo quien lo cuidó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo, sin embargo, le enseñaba a andar a Efraím, sujetándolo de los brazos, pero ellos no entendieron que yo cuidaba de ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero fui Yo el que enseñó a andar a Efraín tomándolo por sus brazos, Pero no reconocieron que Yo era el que los sanaba.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo enseñé a Efraín a andar, los llevé en mis brazos; pero no comprendieron que yo los cuidaba.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo con todo enseñé a caminar a Efraín, tomándolo de los brazos; y no conocieron que yo los cuidaba.

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Oseas 11:3
20 Tagairtí Cros  

Envía su palabra, y los sana, y los hace escapar de sus destrucciones.


y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo que es recto a sus ojos, y prestares oídos a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, entonces no enviaré sobre ti ninguna enfermedad de las que envié sobre los Egipcios; porque yo soy Jehová tu Sanador.


Vosotros habéis visto lo que hice a los Egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas y os he traído a mí mismo.


Mas serviréis a Jehová, el Dios vuestro, y él bendecirá tu pan y tus aguas; quitaré también las enfermedades de en medio de ti;


¡Oíd, cielos! y ¡escucha, oh tierra! porque habla Jehová: Hijos he criado y los he educado; mas ellos se han rebelado contra mí.


También, la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será septuplicada, como la luz de siete días; en el día en que vendare Jehová la contusión de su pueblo y sanare la llaga de su herida.


¡Escuchadme a mí, oh casa de Jacob, y todo lo que queda de la casa de Israel; los por mí alzados en brazos desde el nacimiento, os llevados desde el seno maternal!


En todas sus aflicciones él fué afligido, y el Ángel de su presencia los salvaba; en su amor y en su compasión los redimió, y los alzaba en brazos, y los llevaba todos los días de la antigüedad.


Porque haré curar tus llagas y sanaré tus heridas, dice Jehová; por cuanto te han llamado la Desechada; diciendo: ¡Esta es Sión, de quien nadie se cura ya!


¿No hay acaso bálsamo en Galaad? ¿no hay allí médico? ¿por qué pues no han sido curadas las heridas de la hija de mi pueblo?


Yo sanaré sus apostasías; los amaré de pura gracia: porque mi ira se ha apartado ya de ellos.


Porque ella no considera que yo le daba el trigo, y el vino, y el aceite; y que yo le multiplicaba la plata y el oro, que ellos usan para honrar a Baal.


CUANDO yo quería sanar a Israel, entonces se puso en descubierto la iniquidad de Efraim y las maldades de Samaria: porque practican el fraude, y el ladrón pasa hacia adentro, mientras que una tropa de bandidos despoja por fuera.


Aunque yo les he enseñado, y he robustecido sus brazos, ellos maquinan el mal contra mí.


Y por espacio de unos cuarenta años sufrió sus costumbres en el desierto.


y también en el desierto, donde habéis visto cómo Jehová vuestro Dios os llevó, cual lleva un hombre a su propio hijo, en todo el camino que anduvisteis hasta vuestra llegada a este lugar.


Tu refugio es el Dios de los siglos, y por debajo tienes los brazos sempiternos: y él mismo echa delante de ti el enemigo, y dice: ¡Destruye!


Y te acordarás de todo el camino por donde te hizo andar Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto a fin de humillarte y de probarte, para saber lo que había en tu corazón y si guardarías sus mandamientos o no.