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Números 25:6 - Biblia Version Moderna (1929)

En esto, he aquí un hombre de los hijos de Israel el cual venía trayendo a sus hermanos una mujer madianita, a vista de Moisés y a vista de toda la Congregación de los hijos de Israel, estando ellos llorando a la entrada del Tabernáculo de Reunión.

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Biblia Reina Valera 1960

Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En ese momento, mientras todos lloraban a la entrada del tabernáculo, un israelita llevó a una madianita a su carpa ante los ojos de Moisés y de todo el pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Justo a ese momento, un israelita introducía en su tienda a una moabita, a la vista de Moisés y de toda la comunidad que lloraba a la entrada de la Tienda de las Citas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y mientras ellos lloraban en la entrada de la Tienda de Reunión, he aquí un varón de los hijos de Israel venía trayendo una madianita a vista de Moisés y de toda la asamblea de los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Acaeció que vino un hombre de los israelitas e introdujo entre sus hermanos a la madianita, a la vista de Moisés y de toda la comunidad de los israelitas, mientras éstos lloraban a la entrada de la tienda del encuentro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, que estaban llorando a la puerta del tabernáculo de la congregación.

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Números 25:6
24 Tagairtí Cros  

de manera que mientras pasaban los mercaderes Mádianitas, ellos sacaron a José alzándole de la cisterna; y vendieron a José a los Ismaelitas, por veinte piezas de plata: y llevaron a José a Egipto.


Ellos pues se levantaron, y desde  Madián vinieron a Parán. Luego tomando consigo algunos hombres de Parán, se fueron a Egipto, a Faraón rey de Egipto; quien le dió casa, y le señaló manutención, y le dió tierras.


¿Quién se levantará por mí contra los malhechores? ¿quién estará por mí contra los obradores de iniquidad?


Y el Señor, Jehová de los Ejércitos, llamó en aquel día a llanto y a lamentación, y a calvez y a ceñimiento de saco;


Y aunque han sido detenidos los aguaceros, y no han venido las lluvias tardías, sin embargo, tienes la frente de una ramera; rehusas sentir la vergüenza.


Y sucedió que como Jehudí acabase de leer tres o cuatro columnas, el rey cortó el rollo con una navaja de escribano, y lo echó en el fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió en el fuego que en el brasero estaba.


¿Acaso se avergüenzan cuando cometen abominaciones? No por cierto, que en nada se avergüenzan, ni aun saben ruborizarse: por tanto caerán entre los que caen; al tiempo que sean visitados serán derribados, dice Jehová.


Entre el pórtico y el altar, lloren los sacerdotes, ministros de Jehová, y digan: ¡Compadécete, oh Jehová, de tu pueblo, y no entregues al oprobio tu herencia, para que los gentiles tengan dominio sobre ellos! ¿Por qué han de decir entre las naciones: Dónde está el Dios de ellos?


Tomólo entonces Aarón, como Moisés le había dicho, y corrió en medio de la Asamblea: y, he aquí, la mortandad había en efecto comenzado entre el pueblo: y echó incienso, y puso a cubierto al pueblo.


Entonces dijo Moab a los ancianos de Madián: Ahora esta multitud lamerá cuanto está en derredor nuestro, cual lame el buey la grama del campo. Y Balac hijo de Zipor era rey de Moab a la sazón.


Venga a los hijos de Israel de los Madianitas; después de esto serás agregado a tu pueblo.


olas embravecidas del mar, que espuman sus propias obras vergonzosas; estrellas errantes, a quienes ha sido reservada la negrura de las tinieblas para siempre!


Y sucedió que como el Ángel de Jehová acabase de decir estas cosas a todos los hijos de Israel, todo el pueblo alzó la voz y lloró.