Oye pues la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando oraren en este lugar: sí, oye tú desde el lugar de tu morada, el cielo; y cuando oyes, perdona.
Nehemías 1:6 - Biblia Version Moderna (1929) sea atento, te lo ruego, tu oído, y estén abiertos tus ojos, para que escuches la oración que yo, siervo tuyo, hago ahora delante de ti, día y noche, por los hijos de Israel tus siervos, y mientras confieso los pecados de los hijos de Israel, que nosotros hemos cometido contra ti! pues que yo y la casa de mi padre hemos pecado. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado! Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Escucha con atención, abre los ojos, atiende la plegaria de tu servidor! Porque como tú lo ves, yo oro día y noche por los hijos de Israel, tus servidores y confieso los pecados de los hijos de Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Esté ahora atento tu oído y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago hoy ante ti, día y noche, por los hijos de Israel tus siervos, confesando los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti. ¡Sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para escuchar la oración de tu siervo, la que al presente te dirijo día y noche ante tu presencia por los israelitas, tus siervos, confesando los pecados que los israelitas hemos cometido contra ti, pues también yo y la casa de mi padre hemos pecado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Esté ahora atento tu oído, y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos contra ti cometido; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. |
Oye pues la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando oraren en este lugar: sí, oye tú desde el lugar de tu morada, el cielo; y cuando oyes, perdona.
si ellos entonces lo recapacitaren en su corazón, en la tierra donde estuvieren cautivos, y se convirtieren, y te pidieren misericordia en la tierra de los que los hubieren cautivado, diciendo: ¡Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho maldad!
Y ahora estáis pensando sujetar a los hijos de Judá y de Jerusalem, como siervos y siervas vuestros. Pero ¿no hay ciertamente de vuestra parte delitos cometidos contra Jehová vuestro Dios?
Porque nuestros padres prevaricaron e hicieron lo que era malo a los ojos de Jehová nuestro Dios; pues le dejaron, y apartando sus rostros de la Habitación de Jehová, le volvieron las espaldas;
¶Ahora pues, Dios mío, ruégote estén tus ojos abiertos, y tus oídos atentos a la oración que se haga en este lugar.
Y MIENTRAS oraba Esdras y hacía oración, llorando, y postrándose a tierra delante de la Casa de Dios, se juntó en derredor de él una grandísima asamblea de Israel, hombres, y mujeres, y niños; porque el pueblo lloraba con lloro grande.
Ahora pues haced confesión a Jehová, el Dios de vuestros padres, y cumplid con su voluntad; y separaos de los pueblos de la tierra, y de las mujeres extranjeras.
¡Ruégote, oh Señor, que esté atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos que se deleitan en temer tu nombre, y da próspero suceso, te lo ruego, a tu siervo el día de hoy, y concédele que halle misericordia delante de aquel varón! Pues yo era copero del rey.
Habrá vuelto el rostro para escuchar la oración de los desamparados: pues no ha despreciado su oración.
Hemos pecado juntamente con nuestros padres, hemos obrado iniquidad, hemos cometido maldad.
¡Señor, oye mi voz! ¡estén tus oídos atentos a la voz de mis súplicas!
Te hice manifiesto mi pecado, y no encubrí mi iniquidad; dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la iniquidad de mi pecado. (Pausa.)
Los ojos de Jehová están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor.
Tarde, y mañana, y al mediodía meditaré, y clamaré; y él oirá mi voz.
Entonces yo dije: ¡Ay de mí, pues soy perdido! porque soy hombre de labios inmundos, y en medio de un pueblo de labios inmundos habito; por cuanto mis ojos han visto al Rey, a Jehová de los Ejércitos.
¡Nuestros padres pecaron; ellos ya no existen, y nosotros cargamos con sus iniquidades!
Ahora pues, oh Señor Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te has hecho renombre, como se ve el día de hoy, nosotros hemos pecado, hemos obrado impíamente.
¶Y mientras yo estaba aún hablando, y orando, y confesando mi pecado, y el pecado de mi pueblo Israel; y mientras derramaba mis ruegos delante de Jehová mi Dios, por el santo monte de mi Dios,
Oré pues a Jehová mi Dios, e hice confesión, diciendo: ¶¡Ah! Yo te ruego, ¡oh Señor, Dios grande y temible, guardador del.pacto y de la misericordia prometida, para con los que te aman y guardan tus mandamientos!
nosotros hemos pecado, y hemos cometido iniquidad, y hemos hecho maldad, y nos hemos rebelado, apartándonos de tus mandamientos y de tus leyes;
¡Oh Señor, a nosotros nos toca confusión de rostro, a nuestros reyes, la nuestros príncipes, y a nuestros padres; porque hemos pecado contra ti!
¿Y acaso Dios no defenderá la causa de sus escogidos, que claman a él día y noche, aunque dilate largo tiempo acerca de ellos?
y era viuda de hasta ochenta y cuatro años; la cual no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día, en ayunos y oraciones.
en medio de los cuales también nosotros todos en un tiempo vivíamos, en las concupiscencias de nuestra carne, cumpliendo los deseos de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, así como los demás.
La que realmente es viuda, y desamparada, espera en Dios, y persevera en rogativas y en oraciones noche y día.
¶Doy gracias a Dios, a quien sirvo desde mis antepasados con conciencia pura, que sin cesar tengo memoria de ti en mis oraciones, noche y día,
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados, y limpiarnos de toda iniquidad.
Y encendióse la indignación de Samuel; y clamó a Jehová toda aquella noche.