Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Mateo 8:25 - Biblia Version Moderna (1929)

Y llegándose los discípulos le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Los discípulos fueron a despertarlo: —Señor, ¡sálvanos! ¡Nos vamos a ahogar! —gritaron.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo: '¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!'

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y acercándose, lo despertaron, diciendo: ¡Señor, salva,° que perecemos!

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Se le acercaron y lo despertaron, diciendo: '¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Mateo 8:25
11 Tagairtí Cros  

Entonces Asa clamó a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para contigo no hay diferencia alguna entre ayudar a los fuertes o a los de ningún poder! ¡Ayúdanos, oh Jehová, Dios nuestro, porque nos apoyamos en ti, y en tu nombre salimos contra esta multitud de gente! ¡Oh Jehová, tu eres nuestro Dios! ¡no prevalezca contra ti el hombre mortal!


Dios nuestro, ¿no los juzgarás tú? pues nosotros no tenemos poder alguno contra esta gran muchedumbre que viene contra nosotros; y no sabemos qué hacer: mas nuestros ojos están puestos en ti.


¿POR qué te mantienes tan lejos, oh Jehová? ¿por qué te escondes en los tiempos de angustia?


Acercósele entonces el piloto, y le dijo: ¿Qué haces aquí, oh dormilón? ¡Levántate y clama a tu Dios, por si acaso piense Dios en nosotros, de modo que no perezcamos!


Y he aquí que viniendo un leproso, prosternóse ante él, diciendo: ¡Señor, si quieres, puedes limpiarme!


Y he aquí que se levantó una gran tempestad en la mar, de manera que la barca se cubría con las ondas; mas él dormía.


¶Mientras él les hablaba estas cosas, he aquí que viniendo cierto hombre principal prosternóse delante de él, diciendo:  ¡Mi hija acaba ahora de morir; mas ven, y pon tu mano sobre ella, y vivirá!


Y llegándose a él, le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, perecemos! Y él despertó, y reprendió al viento y a la furia del agua; y cesaron, y se siguió la calma.