Sales al encuentro del que se regocija en obrar justicia; de los que en tus caminos se acuerdan de ti: mas he aquí que tú estás enojado, por cuanto hemos pecado; en los pecados hemos perseverado de largo tiempo, ¿y podremos acaso ser salvos?
Mateo 28:9 - Biblia Version Moderna (1929) Y he aquí que Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Dios os guarde! Y ellas, llegándose, le tuvieron de los pies, y le adoraron. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras iban, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas corrieron hasta él, abrazaron sus pies y lo adoraron. Biblia Católica (Latinoamericana) En eso Jesús les salió al encuentro en el camino y les dijo: 'Paz a ustedes. Las mujeres se acercaron, se abrazaron a sus pies y lo adoraron. La Biblia Textual 3a Edicion Y° he aquí Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas se acercaron y se postraron ante Él y abrazaron sus pies. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y de pronto, Jesús les salió al encuentro y las saludó: '¡Salve!'. Ellas se acercaron, se abrazaron a sus pies y lo adoraron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y mientras iban a dar las nuevas a sus discípulos, he aquí, Jesús les sale al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. |
Sales al encuentro del que se regocija en obrar justicia; de los que en tus caminos se acuerdan de ti: mas he aquí que tú estás enojado, por cuanto hemos pecado; en los pecados hemos perseverado de largo tiempo, ¿y podremos acaso ser salvos?
Y los que estaban en la barca, llegándose, le adoraron, diciendo: Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.
las salutaciones en las plazas, y ser llamados por los hombres, Rabbí.
Entonces les dijo Jesús: No temáis: id, decid a mis hermanos, que vayan a Galilea; allí me verán.
Y ellas, partiendo prestamente del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a los discípulos.
Y entrando en donde ella estaba, le dijo: ¡Dios te guarde, oh altamente favorecida! el Señor es contigo:¡bendita tú entre las mujeres!
y poniéndose detrás de él, junto a sus pies, llorando, comenzó a regar éstos con lágrimas, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y los besaba fervorosamente, y los ungió con el ungüento.
Entonces María, tomando una libra de ungüento de nardo puro, muy precioso, ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos: y se llenó la casa del olor del ungüento.
¶Entonces cuando fué la tarde, de aquel mismo día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas del lugar donde se hallaban juntos los discípulos, por temor de los judíos, vino Jesús, y se estuvo de pie en medio de ellos, y les dice: Paz a vosotros.
¶En fin, hermanos, Dios os guarde. Perfeccionaos; consolaos; tened un mismo ánimo; vivid en paz; y el Dios de amor y de paz estará con vosotros.
He aquí, yo haré a los de la sinagoga de Satanás, a los que dicen que ellos son judíos, y no lo son, sino que mienten: he aquí, los haré que vengan y se postren ante tus pies, y sepan que yo te he amado.