Mateo 27:24 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Viendo, pues, Pilato que nada adelantaba, sino se iba haciendo un tumulto, tomó agua, y lavóse las manos en presencia del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; veréislo vosotros. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Pilato vio que no lograba nada y que se armaba un disturbio. Así que mandó a buscar un recipiente con agua y se lavó las manos delante de la multitud a la vez que decía: —Soy inocente de la sangre de este hombre. La responsabilidad es de ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) Al darse cuenta Pilato de que no conseguía nada, sino que más bien aumentaba el alboroto, pidió agua y se lavó las manos delante del pueblo. Y les dijo: 'Ustedes responderán por su sangre, yo no tengo la culpa. La Biblia Textual 3a Edicion Viendo Pilato que nada se lograba,° sino que más bien se estaba formando un alboroto, tomó agua y se lavó° las manos delante del gentío, diciendo: ¡Inocente soy de la sangre de éste!° ¡Allá vosotros! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Viendo Pilato que todo era inútil y que, además, se originaba un tumulto, mandó traer agua y se lavó las manos ante el pueblo diciendo: 'Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y viendo Pilato que nada adelantaba, antes se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; vedlo vosotros. |
los cuales dicen al leño: ¡Mi padre eres! y a la piedra: ¡Tú me has dado a luz! porque me han vuelto las espaldas y no la cara: mas en el tiempo de su calamidad, dirán: ¡Levántate y sálvanos!
Y con todo has dicho: Inocente soy; ciertamente su ira se ha apartado de mí. He aquí que estoy para entrar en juicio contigo, por cuanto dices: No he pecado.
Mas decían: No durante la fiesta, no sea que se haga alboroto entre el pueblo.
Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le envió recado, diciendo: Nada tengas que ver con ese justo; porque he padecido muchas cosas hoy en sueños a causa de él.
Mas el gobernador dijo: Pues, ¿qué mal ha hecho? Pero ellos clamaban con mayor vehemencia: ¡Sea crucificado!
diciendo: ¡Pequé, entregando sangre inocente! Mas ellos dijeron: ¿Qué se nos da a nosotros? ¡viéraslo tú!
El centurión, pues, y los que con él hacían la guardia de Jesús, viendo el terremoto y las cosas que sucedieron, temieron en gran manera, diciendo: ¡Verdaderamente Hijo de Dios era éste!
Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías, que dijo: Y tomaron los treinta siclos de plata, valor del valorado, que avaluaron por parte de los hijos de Israel;
Simón Pedro le dice: ¡Señor, no solamente mis pies, sino también mis manos y mi cabeza!
Pilato entonces salió otra vez, y les dijo: ¡He aquí, le saco a vosotros para que sepáis que yo no hallo en él crimen alguno!
Mas vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis que se os concediera como favor un hombre homicida;
Pues a aquel que no conoció pecado, le hizo pecado, a causa de nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Porque Cristo también padeció por los pecados, una vez para siempre, el justo por los injustos, a fin de llevarnos a Dios, cuando fué muerto en cuanto a la carne, pero vivificado en cuanto al espíritu;