El que confía en su propio corazón es un insensato; pero el que procede sabiamente será librado del mal.
Mateo 26:70 - Biblia Version Moderna (1929) Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que tú dices. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero Pedro lo negó frente a todos. —No sé de qué hablas —le dijo. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero él lo negó delante de todos, diciendo: 'No sé de qué estás hablando. La Biblia Textual 3a Edicion Pero él negó delante de todos, diciendo: ¡No sé de qué hablas! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero él lo negó delante de todos: 'No sé lo que estás diciendo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. |
El que confía en su propio corazón es un insensato; pero el que procede sabiamente será librado del mal.
El orgullo del hombre le humillará, pero aquel que es de espíritu humilde alcanzará la honra.
El temor del hombre trae un lazo; mas el que confía en Jehová será puesto en alto.
Mas ¿a causa de quién te has avergonzado y has temido, para que faltases a tu fe, y no te acordases de mí, ni reflexionases en tu corazón? ¿No es cierto que yo he guardado silencio por largo tiempo? por tanto tú no me temes.
Engañoso es el corazón más que a todas las cosas y es desesperadamente malo; ¿quién podrá conocerlo?
Y he aquí que uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja.
Mas todo esto ha sucedido, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
Y Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando dentro; se sentó con los alguaciles, para ver el fin.
¶Pedro entretanto estaba sentado fuera en el patio; y se acercó a él una criada, diciendo: Y tú con Jesús el galileo estabas.
Y saliendo al portón, le vió otra; y dijo a los que allí estaban: Éste también estaba con Jesús el Nazareno.
Bien; a causa de su incredulidad fueron quebradas, y por la fe tú estás en pie. No te engrías, antes teme;
Mas en cuanto a los cobardes, y los incrédulos, y los abominables, y los homicidas, y los fornicarios, y los hechiceros, y los idólatras, y todos los mentirosos, su parte será en el lago que arde con fuego y azufre: que es la muerte segunda.