Mas ellos dijeron: ¡Quita allá! Dijeron también: ¡Este tal vino a morar como extranjero, y quiere hacerse juez! Ahora pues te haremos más mal a ti que a ellos. Y arrojáronse sobre el hombre, sobre Lot, con gran violencia, y acercáronse para romper la puerta.
¶Entonces Jehú salió a donde estaban los siervos de su señor; y uno le dijo: ¿Va todo bien? ¿Para qué vino a ti aquel loco? Y él le dijo: Vosotros conocéis al hombre y su recado sabéis.
Así dice Jehová, el Redentor de Israel y su Santo, al despreciado de los hombres, al abominado de la nación, al siervo de los gobernantes: Reyes te verán y se levantarán; príncipes, y se postrarán; a causa de Jehová, que es fiel, es a saber, el Santo de Israel, que te ha escogido.
¡Despreciado y desechado de los hombres; varón de dolores y que sabe de padecimientos! y como uno de quien se aparta la vista, despreciado fué, y no hicimos aprecio de él.
Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado pervirtiendo a nuestra nación, y vedando pagar tributo a César, y diciendo que él mismo es Cristo, el Rey.
Y también ciertos de los filósofos epicureos y de los estoicos disputaban con él. Y decían algunos: ¿Qué quiere decir este palabrero? y otros: ¡Parece que es algún anunciador de dioses extranjeros! porque predicaba la buena nueva de Jesús, y de la resurrección.