Rodeáronme ligaduras de muerte, angustias del sepulcro me sorprendieron: hallé aflicción y dolor.
Mateo 26:38 - Biblia Version Moderna (1929) Entonces les dice: Tristísima está mi alma, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Biblia Nueva Traducción Viviente Les dijo: «Mi alma está destrozada de tanta tristeza, hasta el punto de la muerte. Quédense aquí y velen conmigo». Biblia Católica (Latinoamericana) Y les dijo: 'Siento una tristeza de muerte. Quédense aquí conmigo y permanezcan despiertos. La Biblia Textual 3a Edicion y les dice: Una tristeza mortal está sobrecogiendo° mi alma. ¡Quedaos aquí y velad conmigo! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces les dice: 'Siento tristezas de muerte; quedaos aquí y velad conmigo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Él les dijo: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. |
Rodeáronme ligaduras de muerte, angustias del sepulcro me sorprendieron: hallé aflicción y dolor.
¿Por qué te abates, oh alma mía? ¿y por qué te conturbas dentro de mí? ¡Espera en Dios; porque aun le tengo de alabar por la salud que de su rostro viene!
Mas respondíle: Heme quitado la túnica, ¿cómo me la he devolver a vestir? me he lavado los pies, ¿cómo me los he de volver a ensuciar?
Esto no obstante, Jehová quiso quebrantarle; le ha afligido: cuando hiciere su vida ofrenda por el pecado, verá linaje, prolongará sus días, y el placer de Jehová prosperará en su mano.
Por tanto yo le daré porción con los grandes, y con los poderosos repartirá los despojos; por cuanto derramó su alma hasta la muerte, y con los transgresores fué contado: y él mismo llevó el pecado de muchos, y por los transgresores intercedió.
¡Despreciado y desechado de los hombres; varón de dolores y que sabe de padecimientos! y como uno de quien se aparta la vista, despreciado fué, y no hicimos aprecio de él.
¡Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir!
Y les dice: Tristísima está mi alma, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad.
¡Ahora está turbada mi alma! ¿y qué diré? ¡Padre, sálvame de esta hora! mas por esto mismo vine a esta hora.
El que ni aun a su propio Hijo perdonó, sino que le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos ha de dar también de pura gracia, todas las cosas juntamente con él?
Pues a aquel que no conoció pecado, le hizo pecado, a causa de nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Cristo empero nos redimió de la maldición de la ley, cuando fué hecho maldición por nosotros; (pues que está escrito: Maldito es todo aquel que es colgado en madero,)
quien mismo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, a fin de que nosotros, estando muertos a los pecados, viviésemos a la justicia: por cuyas llagas vosotros fuisteis sanados.
Porque Cristo también padeció por los pecados, una vez para siempre, el justo por los injustos, a fin de llevarnos a Dios, cuando fué muerto en cuanto a la carne, pero vivificado en cuanto al espíritu;
¶Pero el fin de todas las cosas se acerca; sed pues sobrios, y vigilantes en las oraciones: