ENTONCES Jehová me dijo: Aun cuando se me pusieran delante Moisés y Samuel, mi alma no estaría para con este pueblo: ¡échalos de mi vista, y salgan!
Mateo 25:9 - Biblia Version Moderna (1929) Mas las prudentes respondieron, diciendo: Porque no suceda que no haya lo suficiente para nosotras y vosotras, id antes a los que venden, y comprad para vosotras. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Biblia Nueva Traducción Viviente »Sin embargo, las sabias contestaron: “No tenemos suficiente para todas. Vayan a una tienda y compren un poco para ustedes”. Biblia Católica (Latinoamericana) Las precavidas dijeron: 'No habría bastante para ustedes y para nosotras; vayan mejor a donde lo venden, y compren para ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion Pero las prudentes respondieron, diciendo: Id más bien a los que venden y comprad para vosotras mismas, no sea que no° haya suficiente para nosotras y vosotras. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero las sensatas contestaron: 'No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras, mejor es que vayáis a los vendedores y os lo compréis'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas las prudentes respondieron, diciendo: No; no sea que no haya suficiente para nosotras y vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras. |
ENTONCES Jehová me dijo: Aun cuando se me pusieran delante Moisés y Samuel, mi alma no estaría para con este pueblo: ¡échalos de mi vista, y salgan!
si Noé, Daniel y Job estuvieren en medio de ella, ¡vivo yo! dice Jehová el Señor, que ni a hijo ni a hija podrán ellos librar por su justicia; tan sólo a sus propias almas librarán.
¶He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, cautelosos como serpientes, y sencillos como palomas.
Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan.
¶Por tanto todo aquel que oye estas palabras mías, y las hace, será semejante a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca.
Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega al Señor, si por acaso se te perdone el pensamiento de tu corazón;