Mateo 21:25 - Biblia Version Moderna (1929) El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿del cielo, o de los hombres? Mas ellos discurrían entre sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo; nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? Biblia Nueva Traducción Viviente La autoridad de Juan para bautizar, ¿provenía del cielo o era meramente humana? Ellos discutieron el asunto unos con otros: «Si decimos que provenía del cielo, nos preguntará por qué no le creímos a Juan; Biblia Católica (Latinoamericana) Háblenme del bautismo que daba Juan: este asunto ¿de dónde venía: de Dios o de los hombres?'
Ellos reflexionaron: 'Si decimos que este asunto venía de Dios, él nos replicará: Pues ¿por qué no le creyeron?' La Biblia Textual 3a Edicion El bautismo de Juan, ¿de dónde° era? ¿del cielo, o de hombres? (Ellos entonces razonaban entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? Biblia Serafín de Ausejo 1975 El bautismo de Juan, ¿de dónde era: del cielo o de los hombres?'. Pero ellos deliberaban entre sí diciendo: 'Si respondemos del cielo, nos dirá: '¿Por qué, pues, no creísteis en él?' Biblia Reina Valera Gómez (2023) El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces hablaban entre sí, diciendo: Si dijéremos del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? |
Mas Jesús respondiendo, les dijo: Yo también os preguntaré una cosa, la cual si me dijereis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Pero si dijéremos: De los hombres; tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta.
Mas ellos discurrían entre sí, diciendo: Si dijéremos: Del cielo; dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
Juan dió testimonio de él, y clamó, diciendo: Éste es aquel de quien yo decía: El que viene después de mí, se me ha adelantado; porque era antes que yo.
Quien cree en él, no es condenado; mas el que no cree, ha sido ya condenado; por cuanto no ha creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios.
Porque si nuestro mismo corazón nos condena, sabemos que Dios es mayor que nuestro corazón, y lo sabe todo.