Cualquiera, pues, que se humillare como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
Mateo 18:5 - Biblia Version Moderna (1929) Y el que recibiere a un tal niño en mi nombre, a mí me recibe. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe. Biblia Nueva Traducción Viviente »Todo el que recibe de mi parte a un niño pequeño como este, me recibe a mí; Biblia Católica (Latinoamericana) Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe. La Biblia Textual 3a Edicion y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y quien acoge en mi nombre a un niño como éste, es a mí a quien acoge. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe. |
Cualquiera, pues, que se humillare como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
Mas al que hiciere tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que fuese sumergido en lo profundo del mar.
Y respondiendo el Rey, les dirá: En verdad os digo, que en cuanto lo hicisteis a uno de los más pequeños de estos mis hermanos, a mí lo hicisteis.
Él entonces les responderá, diciendo: En verdad os digo, que en cuanto no lo hicisteis a uno de los más pequeños de éstos, ni a mí lo hicisteis.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
El que recibiere en mi nombre a uno de los tales niñitos, a mí me recibe; y el que a mí recibe, no me recibe a mí, sino a aquel que me envió.
Pues el que os diere a beber un vaso de agua en mi nombre, por cuanto sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su galardón.
les dijo: Quien recibiere a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibiere a mí, recibe al que me envió. Porque aquel que es el menor entre todos vosotros, ése es grande.
En verdad, en verdad os digo: El que recibe a quien yo enviare, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
y lo que era para vosotros una prueba en mi carne, no lo despreciasteis, ni rechazasteis; sino que me recibisteis como un ángel de Dios, como Cristo Jesús mismo.