Entonces contestó David: ¿Qué tengo yo que ver con vosotros, hijos de Sarvia, para que os pongáis hoy por adversarios míos? ¿Acaso ha de morir hombre alguno hoy en Israel? ¿pues no acabo de saber que hoy mismo soy hecho rey sobre Israel?
Lucas 9:55 - Biblia Version Moderna (1929) Mas volviéndose él, les reprendió, y dijo: No sabéis de qué espíritu sois; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús se volvió a ellos y los reprendió. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero Jesús se volvió y los reprendió. La Biblia Textual 3a Edicion Pero volviéndose,° los reprendió.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Jesús, volviéndose hacia ellos, los reprendió. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces volviéndose Él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; |
Entonces contestó David: ¿Qué tengo yo que ver con vosotros, hijos de Sarvia, para que os pongáis hoy por adversarios míos? ¿Acaso ha de morir hombre alguno hoy en Israel? ¿pues no acabo de saber que hoy mismo soy hecho rey sobre Israel?
Pero él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las insensatas, has hablado tú. ¿Qué? ¿aceptaremos el bien de parte de Dios, y el mal no lo hemos de aceptar? En todo esto no pecó Job con sus labios.
¿Para quién has proferido estas palabras? ¿y de quién es el espíritu que de ti procede?
¡por lo cual me aborrezco a mí mismo, y me arrepiento en polvo y ceniza!
No corrijas al escarnecedor, no sea que te aborrezca; corrige al sabio, y te amará.
Engañoso es el corazón más que a todas las cosas y es desesperadamente malo; ¿quién podrá conocerlo?
Mas él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Apártate de mi vista, Satanás! ¡de tropiezo me sirves: porque no piensas en lo que es de Dios, sino en lo que es de los hombres!
Mas Pedro respondiendo, le dijo: Aunque todos se escandalizaren en ti, nunca jamás me escandalizaré yo.
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu en verdad está pronto, mas la carne débil.
Y he aquí que uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja.
Y viendo esto sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que baje fuego del cielo, que los consuma, como también lo hizo Elías?
pues el Hijo del hombre no vino para perder las vidas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
¡de una misma boca salen bendición y maldición! Hermanos, no conviene que estas cosas sean así.
no volviendo mal por mal, ni ultraje por ultraje, sino al contrario, bendiciendo a vuestros enemigos; porque para esto mismo fuisteis llamados, para que heredaseis bendición.
Yo a cuantos amo los reprendo y castigo; sé celoso pues y arrepiéntete.