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Lucas 7:21 - Biblia Version Moderna (1929)

En aquella hora sanó a muchos de dolencias, y de plagas, y de espíritus malignos; y a muchos que eran ciegos les dió vista.

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Biblia Reina Valera 1960

En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En ese preciso momento Jesús sanó a muchas personas de enfermedades, dolencias, y expulsó espíritus malignos y le devolvió la vista a muchos ciegos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En ese momento Jesús curó a varias personas afligidas de enfermedades, de achaques y de espíritus malignos y devolvió la vista a algunos ciegos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y en aquella hora sanó a muchos de enfermedades y dolencias, y de espíritus malignos, y concedió la vista° a muchos ciegos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y males y de espíritus malignos, y a muchos ciegos les concedió la vista.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de malos espíritus; y a muchos ciegos dio la vista.

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Lucas 7:21
12 Tagairtí Cros  

¶Cualquiera hambre que hubiere en la tierra, cualquier peste que hubiere; o cuando hubiere tizón, añublo, langosta u oruga; o cuando los tuvieren sitiados sus enemigos en las ciudades de su tierra; cualquiera plaga, cualquiera enfermedad que hubiere;


Empero si al entrar el sacerdote viere que no ha cundido la plaga en la casa, después de revocada, el sacerdote declarará limpia la casa, porque ha sanado de la llaga.


¶Y recorrió Jesús toda la Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y proclamando la buena nueva del reino, y sanando toda dolencia y toda enfermedad entre el pueblo.


Y su fama se extendió por toda la Siria; y traíanle todos los que estaban enfermos, atacados por diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y los lunáticos, y los paralíticos; y él los sanaba.


porque había sanado a muchos, de modo que caían sobre él para tocarle cuantos tenían mal alguno.


Y al instante se secó la fuente de su sangre, y conoció en su cuerpo que estaba sana de aquel azote.


Mas él le dijo: Hija, tu fe te ha sanado; véte en paz, y queda sana de tu azote:


Y cuando los hombres hubieron venido a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: ¿Eres tú aquel que había de venir, o debemos esperar a otro?


porque a quien ama el Señor, le castiga y azota a cada uno que recibe por hijo.