Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Lucas 23:41 - Biblia Version Moderna (1929)

y nosotros a la verdad justamente; porque recibimos la pena debida a nuestros hechos: pero éste ningún mal ha hecho.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningún mal hizo.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha hecho nada malo».

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Nosotros lo hemos merecido y pagamos por lo que hemos hecho,

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Porque nosotros, en verdad, justamente padecemos, porque recibimos° cosas dignas de las que hicimos, pero Éste, nada malo° hizo.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Nosotros con justicia; pues estamos recibiendo lo merecido por nuestras fechorías. Pero éste nada malo ha hecho'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y nosotros, a la verdad, justamente padecemos; porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas Éste ningún mal hizo.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Lucas 23:41
19 Tagairtí Cros  

Mas cuando se vió en angustia, suplicó el favor de Jehová su Dios, y humillóse mucho en presencia del Dios de sus padres,


Y después de todo lo que nos ha sobrevenido, a causa de nuestras malas obras y de nuestro gran delito, visto que tú, oh Dios nuestro, nos has castigado menos de lo que nuestras iniquidades han merecido, y nos has dado salvamento como este,


Luego levantándose en su puesto, leyeron en el Libro de la Ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y otra cuarta parte la pasaron haciendo confesión, y adorando a Jehová su Dios.


Oré pues a Jehová mi Dios, e hice confesión, diciendo: ¶¡Ah! Yo te ruego, ¡oh Señor, Dios grande y temible, guardador del.pacto y de la misericordia prometida, para con los que te aman y guardan tus mandamientos!


Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le envió recado, diciendo:  Nada tengas que ver con ese justo; porque he padecido muchas cosas hoy en sueños a causa de él.


¶Viendo, pues, Pilato que nada adelantaba, sino se iba haciendo un tumulto, tomó agua, y lavóse las manos en presencia del pueblo, diciendo:  Inocente soy yo de la sangre de este justo; veréislo vosotros.


diciendo:  ¡Pequé, entregando sangre inocente! Mas ellos dijeron:  ¿Qué se nos da a nosotros? ¡viéraslo tú!


El centurión, pues, y los que con él hacían la guardia de Jesús, viendo el terremoto y las cosas que sucedieron, temieron en gran manera, diciendo: ¡Verdaderamente Hijo de Dios era éste!


Mas respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Tú ni siquiera temes a Dios, aunque estás en la misma condenación?


Y dijo a Jesús: Señor, acuérdate de mí, cuando vinieres en tu reino.


Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuan santa y justa e irreprensiblemente nos portamos para con vosotros que creéis:


¡Someteos pues a Dios; mas resistid al diablo, y huirá de vosotros!


sino con preciosa sangre, la de Cristo, como de un cordero sin defecto e inmaculado,


quien, cuando fué ultrajado, no volvió a ultrajar; cuando padeció, no usó de amenazas, sino que remitió su causa a aquel que juzga justamente;