Reparte a siete, y también a ocho; pues que no sabes qué mal habrá sobre la tierra.
Lucas 12:17 - Biblia Version Moderna (1929) y él discurría dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré? porque no tengo donde pueda recoger mis frutos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Biblia Nueva Traducción Viviente Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas”. Biblia Católica (Latinoamericana) Pensaba: ¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mis cosechas. La Biblia Textual 3a Edicion y él razonaba dentro de sí,° diciendo: ¿Qué haré?° Porque no tengo donde más guardar° mis frutos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y discurría para sí de esta forma: '¿Qué voy a hacer, si ya no tengo dónde almacenar mis cosechas?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde almacenar mis frutos? |
Reparte a siete, y también a ocho; pues que no sabes qué mal habrá sobre la tierra.
¿No es repartir al hambriento tu pan, y que a los pobres que no tienen hogar, los acojas en tu casa; que cuando veas al desnudo, le cubras, y que no te retires desapiadadamente de tu misma carne?
Da al que te pidiere; y al que quisiere tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda.
¶Y, he aquí, un doctor de la ley se puso en pie, y para tentarle, le dijo: Maestro, ¿haciendo qué cosa, poseeré la vida eterna?
Antes más bien dad limosna de lo que tenéis; y he aquí que todas las cosas os son limpias.
¶También les habló una parábola, diciendo: El campo de cierto hombre rico había producido mucho:
Y dijo: Haré esto: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores; y allí recogeré todos mis productos y mis bienes:
¶Y dijo a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, sobre lo que habéis de comer; ni por vuestro cuerpo, sobre lo que habéis de vestir.
Así que no andéis buscando qué hayáis de comer, o qué hayáis de beber, ni seáis de ánimo dudoso.
Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca se agota, donde ladrón no llega, ni polilla consume:
Y dijo el mayordomo consigo mismo: ¿Qué haré, pues que mi señor me quita la mayordomía? Cavar no puedo; de mendigar tengo vergüenza.
Y a vosotros os digo yo: Haced para vosotros amigos por medio de las riquezas de injusticia, para que cuando falleciereis, ellos os reciban en las moradas eternas.
Cuando Jesús oyó esto, le dijo: Te falta una cosa todavía: Vende todo cuanto tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Y le dijo: Muy bien, buen siervo: por cuanto has sido fiel en lo que es muy poco, ten autoridad sobre diez ciudades.
Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos vestidos, comparta con el que no tiene ninguno; y el que tiene alimento, haga lo mismo.
y sacándolos fuera, dijo: ¡Señores! ¿qué debo yo hacer para ser salvo?
¶Y habiendo ellos oído estas cosas, fueron compungidos de corazón, y dijeron a Pedro y los otros apóstoles: ¡Varones hermanos! ¿qué haremos?
comunicando para con las necesidades de los santos; adictos a la hospitalidad.
¶A los que son ricos en este siglo, requiéreles que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas inciertas, sino en Dios, el cual nos da ricamente todas las cosas para gozarlas,
En esto conocemos el amor, por cuanto él puso su vida por nosotros; y nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.