Asimismo protestaste contra ellos para hacerlos volver a tu ley; pero ellos se portaron insolentemente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus preceptos; en los cuales vivirá el hombre que los hiciere: y se negaron a llevar tu yugo, y endurecieron su cerviz, y no quisieron escuchar.
Pero rebelóse contra mí la casa de Israel en el desierto; en mis estatutos no anduvieron, sino que despreciaron mis preceptos, en los cuales vivirá el hombre que los hiciere; y profanaron en gran manera mis días del descanso; de modo que pensaba derramar mi indignación sobre ellos en el desierto, para exterminarlos.
Mas los hijos también se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis preceptos para hacerlos; en los cuales vivirá el hombre que los hiciere; y profanaron mis días del descanso; de modo que pensaba derramar mi indignación sobre ellos, para desahogar mi ira en ellos, en el desierto.
Y viendo Jesús que había respondido juiciosamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Ya nadie de allí en adelante osaba hacerle más preguntas.
¶Mas sabemos que cuanto dice la ley, ella lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca enmudezca, y el mundo todo se tenga por reo delante de Dios.
Y nos mandó Jehová que cumpliésemos todos estos estatutos, temiendo a Jehová nuestro Dios, para bien nuestro, todos los días, para que él nos dé vida, como sucede el día de hoy.