Y olió Jehová el olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque la imaginación del corazón del hombre es mala desde su niñez; ni volveré más a herir todo viviente, como acabo de hacerlo.
Levítico 26:31 - Biblia Version Moderna (1929) Y reduciré vuestras ciudades a soledad, y haré solitarios vuestros santuarios, y no me será grato el olor de vuestros sacrificios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume. Biblia Nueva Traducción Viviente Haré que sus ciudades queden desoladas y destruiré sus lugares de culto pagano. No me agradaré de sus ofrendas, las cuales deberían ser un aroma agradable para mí. Biblia Católica (Latinoamericana) Reduciré a escombros sus ciudades y devastaré sus santuarios, no me agradará más el perfume de sus sacrificios. La Biblia Textual 3a Edicion Pondré vuestras ciudades en ruina, destruiré vuestros santuarios y no oleré más el aroma aplacador de vuestros sacrificios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Convertiré vuestras ciudades en montones de ruinas, derribaré vuestros santuarios y no aspiraré ya más vuestros aromas calmantes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y tornaré vuestras ciudades en ruinas, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume. |
Y olió Jehová el olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque la imaginación del corazón del hombre es mala desde su niñez; ni volveré más a herir todo viviente, como acabo de hacerlo.
por cuanto fué tierno tu corazón, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar, y contra sus habitantes, a saber, que vendrían a ser un asombro y una maldición; y has rasgado tus vestidos, y has llorado delante de mí; por lo mismo te he oído, dice Jehová.
Incendiaron también la Casa de Dios, y derribaron el muro de Jerusalem; y quemaron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus muebles más preciosos.
Y ellos me contestaron: El resto que ha quedado de los del cautiverio, allá en la provincia de Judá, están en grande miseria y oprobio; también el muro de Jerusalem derribado está, y sus puertas quemadas a fuego.
Les dije pues: Vosotros mismos estáis viendo el mal paso en que estamos, que Jerusalem está completamente destruída, y sus puertas quemadas a fuego. ¡Venid y edifiquemos el muro de Jerusalem, y no seamos más un oprobio!
Y dije al rey: ¡Viva el rey para siempre! ¿Por qué no ha de estar triste mi rostro, cuando la ciudad de los sepulcros de mis padres está desierta, y sus puertas quemadas a fuego?
Vuestra tierra está asolada, vuestras ciudades abrasadas a fuego; vuestro país, en vuestra misma presencia extraños lo devoran, y desolado está, como destruído por extraños.
Entonces yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? y respondió: Hasta que las ciudades queden desoladas, por falta de habitantes; y las casas, por no haber hombre en ellas; y la tierra venga a ser una desolación completa;
Por un breve espacio la ha poseído tu santo pueblo: nuestros adversarios han pisoteado tu Santuario.
¡No te enojes, oh Jehová, hasta el extremo, ni te acuerdes para siempre de la iniquidad! ¡he aquí, mira, te rogamos, que todos nosotros somos pueblo tuyo!
El que degüella un toro, es como el que mata a un hombre; el que sacrifica una oveja, como el que corta la cabeza a un perro; el que hace ofrenda vegetal, como quien presenta sangre de cerdo; el que quema incienso, como el que bendice a un ídolo: sí, ellos han escogido sus propios caminos, y sus almas se complacen en sus abominaciones.
Mas si no quisiereis escuchar estas palabras, entonces por mí mismo juro, dice Jehová, que esta Casa vendrá a ser una desolación.
entonces yo pondré esta Casa como Silo, y haré que sea esta Casa una execración para todas las naciones de la tierra.
¿Por qué has profetizado en el nombre de Jehová, diciendo: Esta Casa será hecha como Silo, y esta ciudad será desolada de modo que no haya quien la habite? Y congregóse todo el pueblo contra Jeremías en la Casa de Jehová.
Miro, y he aquí el campo fructífero convertido en un desierto, y todas sus ciudades derribadas, a la presencia de Jehová, y a causa del ardor de su ira.
Porque así dice Jehová: toda la tierra será hecha una desolación; aunque no haré un exterminio completo.
Ya subió el león de su breñal, es decir, el asolador de las naciones; se ha puesto en marcha; partió de su lugar, para convertir tu tierra en una desolación: tus ciudades serán asoladas, hasta quedar sin habitante.
Así dice Jehová de los Ejércitos, el Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que he traído sobre Jerusalem y sobre todas las ciudades de Judá; pues he aquí que el día de hoy ellas son una desolación, y nadie habita en ellas;
Por tanto fué derramada mi indignación y mi ira, la cual ardió en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem; de modo que han venido a ser un desierto y una desolación, como hoy se ve.
Y quemó la Casa de Jehová y la casa del rey; también quemó a fuego todas las casas de Jerusalem, y todos los palacios.
Y convertiré a Jerusalem en montones de escombros, dice Jehová, en albergue de chacales; y las ciudades de Judá las tornaré en una desolación sin habitante.
ALEPH.- ¡Cómo se sienta solitaria la ciudad que estaba llena de gente! ¡cómo ha venido a ser semejante a una viuda! aquella que era grande entre las naciones y princesa entre las provincias, ¡cómo ha sido hecha tributaria!
YOD.- El adversario extiende sus manos sobre todas las cosas, que ella más apreciaba; pues que ella ha visto a los paganos entrar en su Santuario; de los cuales mandaste que no hubiesen de entrar en tu Congregación.
VAV.- Con violencia ha quitado su Tabernáculo, como enramada en un huerto; ha destruído su lugar de reunión con su pueblo: Jehová ha hecho que sean olvidadas en Sión las fiestas solemnes y los sábados; y ha despreciado en el arrebato de su ira al rey y al sacerdote.
ZAYIN.- El Señor ha desechado su altar; ha aborrecido su Santuario: entregó en mano del enemigo los muros de los palacios de Sión: los paganos hicieron resonar su voz en la Casa de Jehová, como en día de fiesta solemne.
Y las ciudades, hoy día habitadas, serán asoladas, y la tierra vendrá a ser una desolación; y conoceréis que yo soy Jehová.
A fin de que desfallezca el corazón, y se multipliquen los caídos, he puesto junto a todas las puertas el fulgor de la espada. ¡Ah! ¡hecha está para relampaguear! ¡ha sido afilada para la matanza!
Y será que cuando te preguntaren: ¿Por qué gimes? contestarás: A causa de la nueva, porque viene; y desfallecerá todo corazón, y estarán flojas todas las manos, y decaerá todo espíritu, y todas las rodillas estarán débiles como el agua: he aquí que viene; y esto será hecho, dice Jehová el Señor.
Di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: He aquí que voy a profanar mi Santuario, el orgullo de vuestro poder, el deleite de vuestros ojos, y del cual tiene lástima vuestra alma; y vuestros hijos y vuestras hijas, a quienes dejasteis en la Judea, caerán a cuchillo.
En todos los lugares de vuestra habitación, las ciudades serán asoladas, y los altos serán hechos una desolación; a fin de que vuestros altares sean asolados, y vengan a ser una desolación, y sean quebrados y se acaben vuestros ídolos, y sean cortadas vuestras imágenes del sol, y sean extirpadas vuestras hechuras.
¡Al anciano, al joven, y a la doncella, y a los niños, y a las mujeres, matadlos, hasta exterminarlos! mas no os lleguéis a ninguno en quien esté la marca; ¡y comenzad desde mi Santuario! Comenzaron pues por los ancianos que estaban delante de la Casa.
¶Entonces el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro, postrándose delante de Daniel; y mandó que se le ofreciesen oblaciones y olores aromáticos.
Y serán asolados los altos de Isaac, y los santuarios de Israel serán demolidos; y con la espada yo me levantaré contra la casa de Jeroboam.
Por tanto, Sión, a causa de vosotros, será arada como un campo, y Jerusalem vendrá a ser montón de ruinas, y el monte de la Casa santa, como altos cubiertos de bosque.
Yo había destruído naciones; sus torres fueron desoladas; había devastado sus campos, de modo que nadie pasaba; sus ciudades fueron asoladas, quedando sin hombre, sin habitante.
Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalem será hollada por los gentiles hasta que los tiempos de los gentiles sean cumplidos.
pues nosotros le hemos oído decir, que este Jesús Nazareno va a destruir este lugar, y a cambiar las instituciones que nos entregó Moisés!
¶Porque si pecamos voluntariamente, después de recibir el conocimiento de la verdad, ya no nos queda sacrificio alguno por los pecados;