Pero al tercer día les dijo José: Haced esto y viviréis; pues temo a Dios.
Levítico 25:43 - Biblia Version Moderna (1929) No te enseñorees de él con rigor, sino que tendrás temor a tu Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No te enseñorearás de él con dureza, sino tendrás temor de tu Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Muestra tu temor a Dios al no tratarlos con dureza. Biblia Católica (Latinoamericana) Así que no te pondrás duro con tu hermano, sino que temerás a tu Dios. La Biblia Textual 3a Edicion ni te enseñorearás de ellos con aspereza. Tendrás temor de tu Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No le tratarás con aspereza, sino que temerás a tu Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No te enseñorearás de él con dureza, mas tendrás temor de tu Dios. |
Pero al tercer día les dijo José: Haced esto y viviréis; pues temo a Dios.
Y ahora estáis pensando sujetar a los hijos de Judá y de Jerusalem, como siervos y siervas vuestros. Pero ¿no hay ciertamente de vuestra parte delitos cometidos contra Jehová vuestro Dios?
Si he tenido en poco el derecho de mi siervo, o de mi sierva, cuando hayan contendido conmigo;
¿qué haré entonces yo mismo al levantarse Dios? y cuando él visitare, ¿qué le he de contestar?
Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que dejaron vivir a los niños.
Y aconteció que por cuanto temieron las parteras a Dios, él les hizo casas.
¶Y aconteció que, pasados muchos días, murió el rey de Egipto: entre tanto los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre; y clamaron, y subió a Dios su clamor, a causa de su servidumbre.
Dijo también Jehová: He visto, he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus exactores; porque conozco sus dolores;
Y ahora, he aquí que el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí, y también he visto la opresión con que los Egipcios los oprimen.
Y los capataces de los hijos de Israel, a quienes los sobrestantes de Faraón habían puesto sobre ellos, eran apaleados, diciéndoseles: ¿Por qué no habéis acabado vuestra tarea de ladrillos como antes, ni ayer ni hoy?
Yo me indigné contra mi pueblo, profané mi herencia, y la entregué en tu mano: tú no tuviste de ellos piedad alguna; hasta sobre los ancianos agravaste excesivamente tu yugo.
¿Por qué, dicen ellos, hemos ayunado, y tú no ves? ¿por qué hemos afligido nuestra alma, y tú nos desatiendes? he aquí, en vuestro día de ayuno halláis vuestro propio gusto, y exigís todos vuestros trabajos.
A las débiles no habéis corroborado, a las enfermas no habéis curado, a las perniquebradas no habéis vendado, a las dispersas no habéis hecho tomar al redil, a las perdidas no habéis buscado; sino que con fuerza las habéis regido, y con rigor.
No os oprimáis, pues, los unos a los otros, sino temed a vuestro Dios; porque yo soy Jehová vuestro Dios.
Porque ellos son mis siervos, los cuales yo saqué de la tierra de Egipto; no podrán venderse como esclavos.
Empero los siervos y las siervas que hayas de tener en perpetuidad, serán de las naciones que están en derredor vuestro; de ellos podréis adquirir siervos y siervas.
y los dejaréis por herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria: para siempre podréis tener a los tales por siervos. Empero de vuestros hermanos, los hijos de Israel, no os enseñoreéis el uno del otro con rigor.
Como quien está a jornal de año en año, así estará con él; no permitas que éste se enseñoree de él con rigor delante de tus ojos.
Y yo me acercaré a vosotros para juicio; y seré veloz testigo contra los hechiceros, y contra los adúlteros, y contra los que juran en falso, y contra los que defraudan al jornalero de su salario, y oprimen a la viuda y al huérfano, y apartan al extranjero de su derecho; y no me temen a mí, dice Jehová de los Ejércitos.
Y vosotros, los amos, haced lo mismo para con ellos, y dejad las amenazas; conociendo que el amo de ellos y el vuestro está en los cielos, y que no hay acepción de personas para con él.
de cómo te salió al encuentro en el camino, y acuchilló a los rezagados entre los tuyos, todos los débiles que se atrasaban, estando tú fatigado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios.
AMOS, haced para con vuestros siervos lo que es justo y equitativo; conociendo que vosotros también tenéis un amo en el cielo.