y el vino que alegra el corazón del hombre, el aceite para hacer relucir su rostro, y el pan que fortalece el corazón del hombre.
Jueces 19:8 - Biblia Version Moderna (1929) Empero cuando se levantó muy de mañana al día quinto para ponerse en camino, le dijo el padre de la joven: Sustenta, te lo ruego, tu corazón, y espera hasta que se entre más el día: y comieron los dos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Al quinto día, levantándose de mañana para irse, le dijo el padre de la joven: Conforta ahora tu corazón, y aguarda hasta que decline el día. Y comieron ambos juntos. Biblia Nueva Traducción Viviente A la mañana del quinto día, el hombre se levantó temprano nuevamente, listo para partir, pero una vez más el padre de la joven le dijo: «Come algo; después podrás irte esta tarde». Así que se pasaron otro día de festejo. Biblia Católica (Latinoamericana) Al quinto día, como se levantara muy temprano para irse, el padre de la joven le dijo: 'Repón tus fuerzas, espera la caída de la tarde'. Comieron los dos juntos. La Biblia Textual 3a Edicion Al quinto día madrugó y se dispuso a partir, pero el padre de la joven le dijo: Te ruego que confortes tu corazón, y esperes hasta que el día decline. Y ambos comieron juntos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al quinto día se levantó de madrugada para partir; pero el padre de la joven le dijo: 'Reconforta, por favor, tu corazón'. Así aguardaron hasta el declinar del día y comieron juntos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y al quinto día levantándose de mañana para irse, le dijo el padre de la joven: Te ruego que confortes ahora tu corazón. Y se detuvieron hasta que ya declinaba el día, y comieron ambos juntos. |
y el vino que alegra el corazón del hombre, el aceite para hacer relucir su rostro, y el pan que fortalece el corazón del hombre.
¶Y sucedió que al cuarto día, madrugaron muy de mañana; y levantóse el levita para marchar. Pero el padre de la joven dijo a su yerno: Sustenta tu corazón con un bocado de pan, y después partiréis.
Con todo el hombre se levantó para caminar; mas porfió con él su suegro, de modo que volvió a pasar allí la noche.
Por fin, el hombre se puso en pie para irse, él con su concubina y su mozo. Entonces le dijo su suegro, el padre de la joven: Mira, te ruego, que se va haciendo tarde; ruégoos que paséis la noche; he aquí, ya se acaba el día; pasa aquí la noche, y alégrese tu corazón; y mañana emprenderéis muy temprano vuestro viaje, para que vuelvas a tu casa.