Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Jueces 16:25 - Biblia Version Moderna (1929)

Y aconteció que cuando tuvieron alegre el corazón, dijeron: Llamad a Samsón, para que él nos divierta.  Llamaron pues de la cárcel a Samsón, el cual jugó delante de ellos; y le colocaron en medio de las columnas.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Los presentes, ya medio borrachos, exigieron: «¡Traigan a Sansón para que nos divierta!». Así que lo sacaron de la prisión para que los entretuviera, y lo pusieron de pie entre las columnas que sostenían la azotea.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando todos se sintieron bien contentos, dijeron: '¡Llamen a Sansón para que nos entretenga!' Fueron a buscar a Sansón a la prisión y él dio varias vueltas a la vista de todos, luego lo pusieron entre las columnas.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y sucedió que cuando tuvieron alegre el corazón, dijeron: Llamad a Sansón para que nos divierta. Llamaron pues de la cárcel a Sansón, el cual los divertía. Y lo hicieron estar entre las columnas.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y como sus corazones se sentían alegres dijeron: 'Llamad a Sansón para que nos divierta'. Trajeron a Sansón de la cárcel y les sirvió de diversión. Luego lo colocaron entre las columnas.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció que, alegrándose el corazón de ellos, dijeron: Llamad a Sansón, para que divierta delante de nosotros. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y servía de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Jueces 16:25
23 Tagairtí Cros  

Y Absalom dió orden a sus mozos, diciendo: Ruégoos advirtáis cuando el corazón de Amnón esté alegre con el vino; y al deciros yo: ¡Herid a Amnón! entonces matadle; no temáis; ¿no soy yo quién os lo ha mandado? ¡Tened fortaleza y sed hombres valientes!


Y luego que oyó Ben-hadad esta respuesta, estando bebiendo, él y los reyes, en los pabellones, dijo a sus siervos: ¡Poneos en orden! y se pusieron en orden contra la ciudad.


Al séptimo día, cuando del corazón del rey estaba alegre con el vino, mandó a Mehumán, Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y Carcás, los siete eunucos que asistían ante la presencia del rey Asuero,


Y los correos salieron, apremiados por la orden del rey; y el edicto fué promulgado en Susán, ciudad metrópoli. Y el rey y Hamán se sentaban a beber; pero la ciudad de Susán estaba perpleja.


Contra mí hablan los que se sientan en la puerta, y trovan cantilenas los bebedores de cerveza.


Por cuanto persiguen al que tú heriste, y cuentan con irrisión el dolor de los que tú llagaste.


mas, al contrario, he aquí alegría y regocijo, matanza de bueyes y degüello de ovejas, el comer carne y beber vino: dicen: ¡Comamos y bebamos, porque mañana moriremos!


Y cuando hubieron tejido una corona de espinas, la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su mano derecha; y doblando la rodilla delante de él, hacían burla de él, diciendo:  ¡Salve, Rey de los Judíos¡


y otros tuvieron prueba de escarnios y azotes, y también de prisiones y cárceles:


Y cuando le vió el pueblo, alabó a su dios; porque decían: ¡Nuestro dios ha entregado en nuestras manos a nuestro enemigo, el asolador de nuestro país, que mató a muchos de nosotros!


Entonces dijo Samsón al muchacho que le tenía de la mano: Déjame descansar, y permíteme palpar las columnas sobre las cuales se sustenta la casa, para que me recueste sobre ellas.


Entonces alegróse el corazón del sacerdote, y él mismo tomó el efod y los ídolos domésticos y la imagen de escultura, y entró en medio de la gente armada.


Se sentaron pues, y comieron los dos juntos, y bebieron. Entonces dijo el padre de la joven al hombre: Ruégote consientas en pasar aquí la noche, y dejes que se alegre tu corazón.


Por fin, el hombre se puso en pie para irse, él con su concubina y su mozo. Entonces le dijo su suegro, el padre de la joven: Mira, te ruego, que se va haciendo tarde; ruégoos que paséis la noche; he aquí, ya se acaba el día; pasa aquí la noche, y alégrese tu corazón; y mañana emprenderéis muy temprano vuestro viaje, para que vuelvas a tu casa.


y salieron a los campos, y vendimiaron sus viñas, y pisaron las uvas, e hicieron fiestas; y entraron en casa de su dios, comiendo, y bebiendo, y maldiciendo a Abimelec.