Y Jacob nombró aquel lugar Peni-El; porque he visto a Dios, (así decía), cara a cara, y fué librada mi vida.
Jueces 13:22 - Biblia Version Moderna (1929) Por lo cual Manoa dijo a su mujer: De seguro que moriremos, porque hemos visto a Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto. Biblia Nueva Traducción Viviente y le dijo a su esposa: —¡Seguramente moriremos, porque hemos visto a Dios! Biblia Católica (Latinoamericana) Manoa dijo a su mujer: 'Vamos a morir porque vimos a Dios'. La Biblia Textual 3a Edicion Por lo cual Manoa dijo a su mujer: ¡Sin duda moriremos, porque hemos visto a ’Elohim! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo, pues, Manóaj a su mujer: 'Ciertamente vamos a morir, pues hemos visto a Dios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Manoa a su esposa: Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios. |
Y Jacob nombró aquel lugar Peni-El; porque he visto a Dios, (así decía), cara a cara, y fué librada mi vida.
y vieron al Dios de Israel; y debajo de sus pies había como una obra de pavimento de zafiros, que era como el cielo mismo en claridad.
¶Subió entonces Moisés con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel:
Díjole además: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces cubrióse Moisés el rostro, porque tuvo temor de mirar a Dios.
Dijo además: Tú no podrás ver mi rostro; porque el hombre no puede verme y vivir.
Entonces yo dije: ¡Ay de mí, pues soy perdido! porque soy hombre de labios inmundos, y en medio de un pueblo de labios inmundos habito; por cuanto mis ojos han visto al Rey, a Jehová de los Ejércitos.
A Dios nadie jamás le ha visto: el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
El Padre también que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Vosotros nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su apariencia.
para desposeer delante de ti naciones más grandes y más fuertes que tú, a fin de hacerte entrar y darte en herencia la tierra de ellos, como hoy se ve.
¿Porque quién hay de toda carne que haya oído la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego, como nosotros, y haya vivido?
Así vió Gedeón que era el Ángel de Jehová; y dijo Gedeón: ¡Ay de mí, Señor Jehová, porque he visto el Ángel de Jehová cara a cara!