Porque extenderé sobre Jerusalem el cordel de Samaria, y la plomada de la casa de Acab, y limpiaré a Jerusalem como suele uno limpiar una escudilla; la limpia, y la vuelve boca abajo.
Jeremías 44:2 - Biblia Version Moderna (1929) Así dice Jehová de los Ejércitos, el Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que he traído sobre Jerusalem y sobre todas las ciudades de Judá; pues he aquí que el día de hoy ellas son una desolación, y nadie habita en ellas; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá; y he aquí que ellas están el día de hoy asoladas; no hay quien more en ellas, Biblia Nueva Traducción Viviente «Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: ustedes vieron las calamidades que traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá. Ahora están abandonadas y en ruinas. Biblia Católica (Latinoamericana) Así dice Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel. Ustedes han presenciado todas las desgracias que sufrieron Jerusalén y todas las ciudades de Judá, que hoy no son más que un montón de ruinas abandonadas. La Biblia Textual 3a Edicion Así dice YHVH Sebaot, Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalem y sobre todas las ciudades de Judá, pues he aquí que el día de hoy son una desolación y nadie vive allí, Biblia Serafín de Ausejo 1975 así dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Vosotros mismos habéis visto toda la desgracia que he traído sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá. Miradlas: hoy son una ruina, donde no hay un solo habitante, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá: y he aquí que ellas están el día de hoy asoladas, y ni hay en ellas morador; |
Porque extenderé sobre Jerusalem el cordel de Samaria, y la plomada de la casa de Acab, y limpiaré a Jerusalem como suele uno limpiar una escudilla; la limpia, y la vuelve boca abajo.
Vosotros habéis visto lo que hice a los Egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas y os he traído a mí mismo.
Lo que queda en la ciudad es desolación, y la puerta está derribada hasta quedar en ruinas.
Entonces yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? y respondió: Hasta que las ciudades queden desoladas, por falta de habitantes; y las casas, por no haber hombre en ellas; y la tierra venga a ser una desolación completa;
También toda esta tierra será una desolación y un asombro; y estas naciones servirán al rey de Babilonia setenta años.
He aquí que voy a mandar, dice Jehová, y ellos volverán a esta ciudad, y pelearán contra ella, y la tomarán, y la quemarán a fuego: también a las ciudades de Judá convertiré en una desolación sin habitante.
Ya subió el león de su breñal, es decir, el asolador de las naciones; se ha puesto en marcha; partió de su lugar, para convertir tu tierra en una desolación: tus ciudades serán asoladas, hasta quedar sin habitante.
Sí; de modo que no pudo aguantarlo más Jehová, a causa de la maldad de vuestras obras, y a causa de las abominaciones que cometisteis; por lo cual vuestra tierra ha venido a ser un desierto y un asombro, y una maldición, sin habitante; como parece hoy:
por lo mismo que quemasteis incienso a otros dioses, y pecasteis contra Jehová, y no obedecisteis la voz de Jehová, ni anduvisteis en su ley, ni en sus estatutos, ni en sus testimonios; por eso es que os ha venido esta calamidad, como hoy se ve.
Y haré cesar en las ciudades de Judá, y por las calles de Jerusalem, la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia: porque la tierra vendrá a ser una desolación.
Y la muerte será escogida antes que la vida por todo el resto que quedare de esta familia perversa; aquellos que quedaren en todos los lugares adonde los habré arrojado, dice Jehová de los Ejércitos.
Y convertiré a Jerusalem en montones de escombros, dice Jehová, en albergue de chacales; y las ciudades de Judá las tornaré en una desolación sin habitante.
ALEPH.- ¡Cómo se sienta solitaria la ciudad que estaba llena de gente! ¡cómo ha venido a ser semejante a una viuda! aquella que era grande entre las naciones y princesa entre las provincias, ¡cómo ha sido hecha tributaria!
AYIN.- A causa de estas cosas estoy llorando; ¡mis ojos, mis ojos se deshacen en aguas! por cuanto está lejos de mí el consolador que hubiera de confortar mi alma: desolados están mis hijos, porque ha prevalecido el enemigo.
con motivo del Monte de Sión, el cual está desolado: ¡las zorras se pasean por él!
Y él ha dado efecto a su palabra que habló contra nosotros, y contra nuestros jueces que nos han gobernado, trayendo sobre nosotros un mal tan grande; pues nunca se ha hecho debajo de todos los cielos como se ha hecho contra Jerusalem.
Y reduciré vuestras ciudades a soledad, y haré solitarios vuestros santuarios, y no me será grato el olor de vuestros sacrificios.
Porque la tierra habrá quedado desocupada de ellos, y habrá gozado sus días de descanso, mientras estaba en desolación sin ellos; y ellos habrán aceptado el castigo de su iniquidad, el cual yo les impuse por cuanto, sí, por cuanto rechazaron con desprecio mis leyes, y su alma detestó mis estatutos.
Por tanto, Sión, a causa de vosotros, será arada como un campo, y Jerusalem vendrá a ser montón de ruinas, y el monte de la Casa santa, como altos cubiertos de bosque.
Mis palabras empero y mis estatutos que encargué a mis siervos los profetas, ¿no alcanzaron a vuestros padres? En efecto, ellos volvieron y dijeron: Según pensaba hacernos Jehová de los Ejércitos, conforme a nuestros caminos y conforme a nuestras obras, asimismo ha hecho con nosotros.
Llamó pues Moisés a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que hizo Jehová delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto, a Faraón, y a todos sus siervos, y a toda su tierra;
y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a todas estas naciones por vuestra causa; porque Jehová vuestro Dios es el que ha peleado por vosotros.