Les dijo además Rubén: No derraméis sangre; echadle en esta cisterna que está en el desierto, mas no pongáis la mano sobre él; esto decía por librarle de su mano, a fin de hacerle volver a su padre.
Jeremías 36:25 - Biblia Version Moderna (1929) bien que Elnatán y Delaya y Gedalías instaron al rey para que no quemase el rollo; mas no les escuchó. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, no los quiso oír. Biblia Nueva Traducción Viviente Aun cuando Elnatán, Delaía y Gemarías le suplicaron al rey que no quemara el rollo, él no les hizo caso. Biblia Católica (Latinoamericana) Por más que Elnatán, Dalaías y Gamarías suplicaran al rey que no quemara el rollo, no les hizo caso. La Biblia Textual 3a Edicion Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemara aquel rollo, no los quiso oír. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y cuando Elnatán, Delaías y Guemarías instaron al rey para que no quemara el rollo, no sólo no les hizo caso Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aunque Elnatán y Delaías y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, él no los quiso oír: |
Les dijo además Rubén: No derraméis sangre; echadle en esta cisterna que está en el desierto, mas no pongáis la mano sobre él; esto decía por librarle de su mano, a fin de hacerle volver a su padre.
El hombre malo endurece su cara; mas en cuanto al recto, él establece su camino.
¶Entonces los príncipes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: Este hombre no es digno de muerte; puesto que nos ha hablado en el nombre de Jehová nuestro Dios.
Y el rey Joaquim envió hombres a Egipto, a saber, Elnatán hijo de Acbor, y ciertos hombres que fueron con él a Egipto;
Entonces leyó Baruc en el libro las palabras de Jeremías, en la Casa de Jehová, en la cámara de Gemarías hijo de Safán, secretario, en el atrio superior, a la entrada de la puerta Nueva de la Casa de Jehová, a oídos, de todo el pueblo.
bajóse a la casa del rey, a la cámara del secretario, y he aquí que estaban sentados allí todos los príncipes: Elisama secretario, y Delaya hijo de Semaya, y Elnatán hijo de Acbor, y Gemarías hijo de Safán, y Sedequías hijo de Hananías, en fin, todos los príncipes;
diciendo: ¡Pequé, entregando sangre inocente! Mas ellos dijeron: ¿Qué se nos da a nosotros? ¡viéraslo tú!