Y sucedió que, puesto ya el sol, hubo densas tinieblas, y he aquí un horno que humeaba, y una antorcha de fuego que pasaba entre los animales divididos.
Jeremías 34:19 - Biblia Version Moderna (1929) es a saber, los príncipes de Judá, y los príncipes de Jerusalem, y los eunucos, y los sacerdotes, y todo el pueblo del país, los cuales pasaron por en medio de las partes separadas del becerro. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los oficiales y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, que pasaron entre las partes del becerro, Biblia Nueva Traducción Viviente Así es, yo los partiré, sean autoridades de Judá o de Jerusalén, funcionarios de la corte, sacerdotes o gente común, porque rompieron su juramento. Biblia Católica (Latinoamericana) Hablo de los jefes de Judá y de Jerusalén, de los oficiales y de los sacerdotes, y de todos los propietarios que pasaron entre las mitades del ternero. La Biblia Textual 3a Edicion a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalem, y a los eunucos y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, los cuales pasaron entre las partes del becerro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 A los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los eunucos y a los sacerdotes, y a toda la población del país, que han pasado entre los trozos del novillo, Biblia Reina Valera Gómez (2023) a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los eunucos y a los sacerdotes, y a todo el pueblo de la tierra que pasaron entre las partes del becerro; |
Y sucedió que, puesto ya el sol, hubo densas tinieblas, y he aquí un horno que humeaba, y una antorcha de fuego que pasaba entre los animales divididos.
Él entonces dijo: Jehová, Señor, ¿en qué conoceré que la he de heredar?
Entonces Joaquín rey de Judá salió al rey de Babilonia, él, y su madre, y sus siervos, y sus príncipes, y sus eunucos: de modo que le tomó el rey de Babilonia en el año octavo del reinado de éste.
Por manera que llevó cautivo a Babilonia a Joaquín, y a la madre del rey, y a las mujeres del rey, y a sus eunucos, y a la gente válida del país; a todos los llevó en cautiverio de Jerusalem a Babilonia.
(después que hubieron salido de Jerusalem Jeconías el rey, y la reina madre, y los eunucos, y los príncipes de Judá y de Jerusalem, con los artesanos y los herreros);
Y obedecieron todos los príncipes y todo el pueblo, los que habían entrado en el pacto de dejar ir libres cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, para no hacerse servir más de ellos: obedecieron pues y los dejaron ir.
Mas oyó Ebed-melec etíope, eunuco que había en la casa del rey, que habían puesto a Jeremías en la cisterna. Y el rey estaba sentado a la sazón en la puerta de Benjamín.
Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías en Ribla, delante de sus ojos; también el rey de Babilonia degolló a todos los nobles de Judá.
Y él ha dado efecto a su palabra que habló contra nosotros, y contra nuestros jueces que nos han gobernado, trayendo sobre nosotros un mal tan grande; pues nunca se ha hecho debajo de todos los cielos como se ha hecho contra Jerusalem.
y no hemos escuchado a tus siervos los profetas, que en tu nombre han hablado a nuestros reyes, y a nuestros príncipes, y a nuestros padres, y a todo el pueblo de la tierra.
¡Oh Señor, a nosotros nos toca confusión de rostro, a nuestros reyes, la nuestros príncipes, y a nuestros padres; porque hemos pecado contra ti!