Entonces dije para mí: ¡No haré mención de él, ni hablaré más en su nombre! pero su palabra fué en mi corazón como fuego consumidor, encerrado en mis huesos; me cansé pues de refrenarme; no pude callar.
Jeremías 23:29 - Biblia Version Moderna (1929) ¿No es mi palabra como el fuego, dice Jehová, y como el martillo que hace pedazos la roca? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿No quema mi palabra como el fuego? —dice el Señor—. ¿No es como un martillo poderoso que hace pedazos una roca? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿No es mi palabra como fuego que quema o como martillo que rompe la roca? La Biblia Textual 3a Edicion ¿No es mi palabra como fuego, dice YHVH, Y como un martillo que rompe la piedra en pedazos? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿No es como fuego mi palabra -oráculo de Yahveh-, y como martillo que tritura la piedra? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿No es mi palabra como el fuego, dice Jehová, y como un martillo que despedaza la roca? |
Entonces dije para mí: ¡No haré mención de él, ni hablaré más en su nombre! pero su palabra fué en mi corazón como fuego consumidor, encerrado en mis huesos; me cansé pues de refrenarme; no pude callar.
Por tanto, así dice Jehová, el Dios de los Ejércitos: por cuanto decís esto; he aquí, yo hago que mis palabras en tu boca sean el fuego, y este pueblo la leña, para que los devore.
Por tanto los he tajado por los profetas, los he muerto con los dichos de mi boca; y tus castigos, oh Israel, son como relámpago que sale.
Dijeron entonces entre sí: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros, mientras hablaba con nosotros por el camino, y mientras nos abría Escrituras?
Es el espíritu el que da vida, la carne de nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado espíritu y vida son.
Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, posándose sobre cada uno de ellos.
¶Y habiendo ellos oído estas cosas, fueron compungidos de corazón, y dijeron a Pedro y los otros apóstoles: ¡Varones hermanos! ¿qué haremos?
a los unos, somos olor de muerte para muerte; y a los otros, olor de vida para vida. ¿Y quién es suficiente para tales cosas?
Porque la palabra de Dios es viva, y eficaz, y más aguda que toda espada de dos filos, Y penetra hasta la división entre alma y espíritu, sí, y hasta las coyunturas y los tuétanos, y es hábil en discernir los pensamientos y propósitos del corazón.
Y si alguno procura dañarlos, fuego procede de sus bocas, y devora a sus enemigos; y si alguno procurare dañarlos, es menester que de esta manera sea muerto.