Asimismo edificó altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la Casa de Jehová.
Jeremías 23:11 - Biblia Version Moderna (1929) Porque tanto el profeta como el sacerdote son unos impíos, y aun en mi Casa he hallado su maldad, dice Jehová. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque tanto el profeta como el sacerdote son impíos; aun en mi casa hallé su maldad, dice Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente «Aun los sacerdotes y los profetas son hombres malvados que no tienen a Dios. He visto sus hechos despreciables aquí mismo en mi propio templo —dice el Señor—. Biblia Católica (Latinoamericana) Hasta el profeta y el sacerdote se han vuelto impíos, y en mi propia Casa me he topado con su maldad, dice Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion Profetas y sacerdotes, ambos son impíos. En mi propia Casa encuentro sus maldades, dice YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Profetas y sacerdote son impíos, en mi propia casa encontré su maldad -oráculo de Yahveh-. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque tanto el profeta como el sacerdote son profanos; aun en mi casa hallé su maldad, dice Jehová. |
Asimismo edificó altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la Casa de Jehová.
A más de esto, puso la escultura de la semejanza detestable que había hecho, en la Casa de Dios, de la cual había dicho Dios a David y a Salomón su hijo: En esta Casa y en Jerusalem que he escogido de entre todas las tribus de Israel, pondré mi Nombre para siempre.
Asimismo todos los príncipes de los sacerdotes y el pueblo se portaron muy deslealmente contra Dios, obrando según las abominaciones de los paganos; y contaminaron la Casa de Jehová, la cual él había santificado para sí en Jerusalem.
¶Y se hallaron de los hijos de los sacerdotes que habían tomado mujeres extranjeras, algunos de los hijos de Jesúa hijo de Josadac, y de los hermanos de él, Maasías, y Eliezer, y Jarib, y Gedelías;
¿Qué tiene mi amada que hacer más en mi casa, ya que ha cometido maldad execrable con muchos amantes, y la carne santa pasa de ti? cuando hiciste maldad, entonces te regocijaste.
Por tanto, así dice Jehová de los Ejércitos acerca de los profetas: He aquí que yo les haré comer ajenjo, y les haré beber agua de hiel; porque desde los profetas de Jerusalem ha salido la impiedad por toda la tierra.
Al contrario colocaron sus cosas detestables en la Casa que es llamada de mi nombre, para contaminarla;
Los profetas profetizan mentira, y los sacerdotes gobiernan por medio de ellos, y mi pueblo quiere que sea así; ¿y qué haréis en el final de ello?
Mi pueblo ha venido a ser como ovejas perdidas; sus pastores los han descarriado: sobre las montañas los hicieron ir vagando; anduvieron de monte en collado; se han olvidado de su descansadero.
Porque desde el menor hasta el mayor de ellos, cada uno es dado a ganancias injustas; y desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.
por cuanto los hijos de Judá han hecho lo que es malo a mis ojos, dice Jehová, han colocado sus abominaciones en la Casa que es llamada de mi nombre, para contaminarla,
Por tanto daré sus mujeres a otros, y sus campos a los que los han de poseer; porque desde el menor hasta el mayor, cada uno de ellos es dado a ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.
RESH.- ¡Mira, oh Jehová, y considera! ¿A quién jamás has hecho así? ¿Acaso las mujeres han de comer el fruto de su seno, los chiquitos que acarician en sus manos? ¿Acaso el sacerdote y el profeta deben ser muertos en el Santuario de Jehová?
porque cuando habían degollado sus hijos en sacrificio a sus ídolos, entonces vinieron a mi Santuario, en el mismo día, para profanarlo; ¡y he aquí que así han hecho en medio de mi Casa!
Pero en cuanto a los sacerdotes levitas que se alejaron de mí cuando Israel se descaminó, el cual, apartándose de mí se descaminó en pos de sus ídolos, ellos llevarán su iniquidad.
Pues la hermosura de sus adornos la pusieron por motivo de soberbia, y de ello hicieron las imágenes de sus abominaciones, y sus cosas detestables; por lo mismo haré yo que les sea como cosa asquerosa;
Y estaban de pie delante de ellos setenta varones de los ancianos de Israel, con Jaazanías hijo de Safán, que estaba en medio de ellos, cada uno con su incensario en la mano; e iba subiendo una nube espesa de incienso.
En seguida me llevó al atrio interior de la Casa de Jehová, y he aquí que a la entrada del Templo de Jehová, entre el pórtico y el altar, había como veinte y cinco hombres, vueltas las espaldas a la Casa de Jehová, con sus caras hacia el oriente; los cuales estaban postrándose hacia el oriente, adorando al sol.
Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes, sus jueces son lobos nocturnos: nada reservan hasta la mañana.
Sus profetas son disolutos, hombres de perfidia; sus sacerdotes profanan el Santuario; hacen violencia a la ley.