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Jeremías 10:15 - Biblia Version Moderna (1929)

Vanidad son, obra digna de escarnios: en el tiempo de su visitación ellas perecerán.

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Biblia Reina Valera 1960

Vanidad son, obra vana; al tiempo de su castigo perecerán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los ídolos son inútiles; ¡son mentiras ridículas! En el día del juicio, todos serán destruidos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Son tonterías, obras ridículas, que serán juzgadas y desaparecerán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Obras vanas y ridículas,° Que perecerán en el tiempo de su visitación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

son cosa vana, obra ridícula; al tiempo de su castigo perecerán.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Vanidad son, obra irrisoria; en el tiempo de su visitación perecerán.

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Jeremías 10:15
22 Tagairtí Cros  

¡Oh Israel, confía tú Jehová! él es el ayudador de ellos, y su escudo.


¡He aquí que sois menos que la nada, y vuestra obra menos que la nonada! ¡abominable es aquel que os escoge!


¡He aquí, todos ellos son una nada; una nonada son todas sus obras; viento y vacuidad son sus imágenes fundidas!


Yo declararé la justicia que tienes; pues en cuanto a tus obras, no te pueden aprovechar.


Así les diréis: ¡Los dioses que no hicieron los cielos y la tierra, perecerán de sobre la tierra y de debajo de estos cielos!


Mas aquellos a una son embrutecidos y entontecidos; ¡doctrina de vanidades es el leño!


¿Habrá acaso entre las vanidades de los paganos quien haga llover? ¿o pueden los cielos mismos dar aguaceros? ¿no eres tú más bien, oh Jehová, Dios nuestro? Esperaremos pues en ti, porque tú haces todas estas cosas.


empero mi pueblo se olvida de mí; queman incienso a la vanidad; y sus guías los hacen tropezar en sus caminos, en las vías antiguas, para que anden en veredas torcidas, por un camino no allanado;


Y yo encenderé fuego en la casa de los dioses de Egipto; y a unos de ellos Nabucodonosor los quemará, y a otros los llevará cautivos; y se vestirá de la tierra de Egipto, como un pastor se viste de su ropa; y saldrá de allí en paz.


¡Publicad entre las naciones! ¡haced proclamación! ¡alzad la señal! ¡haced proclamación! ¡no lo encubráis! decid: ¡Tomada ha sido Babilonia! ¡Bel está avergonzado, Merodac aterrado! ¡sus imágenes están avergonzadas, sus ídolos aterrados!


Vanidad son, obra digna de escarnios; en el tiempo de su visitación ellas perecerán.


¿Acaso se avergüenzan cuando cometen abominaciones? No por cierto, que en nada se avergüenzan, ni aun saben ruborizarse: por tanto caerán entre los que caen; al tiempo que sean visitados serán derribados, dice Jehová.


He aquí, la voz del grito de la hija de mi pueblo suena desde una tierra muy remota: ¿Acaso no está Jehová en Sión? ¿no está en ella su Rey? Antes bien, ¿por qué me han provocado a ira con sus esculturas, y con sus vanidades traídas de una tierra extraña?


Han llegado ya los días de visitación, han llegado los días de retribución; (los conocerá Israel, el cual dice: ¡El profeta es un insensato, el hombre inspirado está loco!) a causa de la muchedumbre de tu iniquidad, y por ser grande tu rencor.


Los que veneran las vanidades mentirosas abandonan su misma misericordia.


Y acontecerá en aquel día, dice Jehová de los Ejércitos, que cortaré de la tierra hasta el nombre de los ídolos, y no habrá más memoria de ellos: y a los profetas también y al espíritu inmundo los haré pasar de la tierra.


¡Señores! ¿por qué hacéis esto? ¡Nosotros también somos hombres como vosotros, sujetos a enfermedad, y os predicamos el evangelio, para que de estas vanidades os volváis al Dios vivo, que hizo el cielo, y la tierra, y el mar, y cuanto hay en ellos!


Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios, me provocaron a ira con sus ídolos: y yo los moveré a celos con lo que no es pueblo, con nación necia los provocaré a ira.


No os apartéis pues; porque entonces seguiríais tras de vanidades que ni os pueden aprovechar, ni os pueden librar; porque nada son.


Y levantándose muy de mañana al día siguiente, ¡he aquí a Dagón, caído otra vez en tierra sobre su rostro delante del Arca de Jehová! y la cabeza de Dagón, y las dos palmas de sus manos, yacían cortadas sobre el umbral de la puerta; solamente la parte que tenía de pez le quedaba.