Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Isaías 3:7 - Biblia Version Moderna (1929)

En aquel día el otro alzará la voz, diciendo: ¡Yo no puedo ser el senador de este mal; pues en mi casa no hay pan ni ropa; no me pongáis por magistrado de este pueblo!

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

él jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero él responderá: «¡No! No puedo ayudarlos. No tengo comida ni ropa que me sobre; ¡no me pongan al mando!».

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Sí, Jerusalén se viene abajo, y se hunde Judá, a causa de sus palabras y hechos, pues a la vista de Yavé han desafiado su gloria.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Ese día otro jurará, diciendo: ¡No soy médico, y en mi casa no hay pan ni manto; no me pongáis por caudillo del pueblo!

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

replicará éste en aquel día: 'No soy médico, y en mi casa no hay pan ni tampoco manto; no me hagáis jefe del pueblo'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

él jurará aquel día, diciendo: Yo no seré el sanador; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Isaías 3:7
10 Tagairtí Cros  

Mas Abram dijo al rey de Sodoma: He levantado mi mano a Jehová, Dios altísimo, poseedor de los cielos y de la tierra,


Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas: tú volverás a levantar los cimientos de muchos siglos; y serás llamado reparador de brechas, restaurador de senderos donde se pueda habitar.


¿Has rechazado del todo a Judá? ¿o tiene tu alma aborrecida a Sión? ¿por qué pues nos has herido de modo que no hay para nosotros cura? ¡Esperábamos la paz, pero no vino ningún bien; tiempo de sanidad, mas he aquí desmayo!


MEM.- ¿Cómo podré exhortarte? ¿a qué he de semejarte, oh hija de Jerusalem? ¿con qué te compararé, para poderte consolar, oh virgen hija de Sión? porque grande como el mar es tu quebranto; ¿quien pues te sanará?


A las débiles no habéis corroborado, a las enfermas no habéis curado, a las perniquebradas no habéis vendado, a las dispersas no habéis hecho tomar al redil, a las perdidas no habéis buscado; sino que con fuerza las habéis regido, y con rigor.


Cuando vió Efraim su enfermedad y Judá su llaga, acudió Efraim a Asiria, y Judá envió a un rey adversario; mas él no podrá sanaros, ni os curará la llaga.


¡VENID, volvámonos a Jehová, porque él ha desgarrado, y nos sanará; él ha herido, y nos aplicará el vendaje.


¿No nos es arrebatado el alimento delante de nuestra vista? el gozo y la alegría ¿no están quitados de la Casa de nuestro Dios?


Porque alzo al cielo mi mano, y digo: ¡Yo vivo eternamente!