Mas Abram dijo al rey de Sodoma: He levantado mi mano a Jehová, Dios altísimo, poseedor de los cielos y de la tierra,
Isaías 3:7 - Biblia Version Moderna (1929) En aquel día el otro alzará la voz, diciendo: ¡Yo no puedo ser el senador de este mal; pues en mi casa no hay pan ni ropa; no me pongáis por magistrado de este pueblo! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 él jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero él responderá: «¡No! No puedo ayudarlos. No tengo comida ni ropa que me sobre; ¡no me pongan al mando!». Biblia Católica (Latinoamericana) Sí, Jerusalén se viene abajo, y se hunde Judá,
a causa de sus palabras y hechos,
pues a la vista de Yavé han desafiado su gloria. La Biblia Textual 3a Edicion Ese día otro jurará, diciendo: ¡No soy médico, y en mi casa no hay pan ni manto; no me pongáis por caudillo del pueblo! Biblia Serafín de Ausejo 1975 replicará éste en aquel día: 'No soy médico, y en mi casa no hay pan ni tampoco manto; no me hagáis jefe del pueblo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) él jurará aquel día, diciendo: Yo no seré el sanador; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo. |
Mas Abram dijo al rey de Sodoma: He levantado mi mano a Jehová, Dios altísimo, poseedor de los cielos y de la tierra,
Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas: tú volverás a levantar los cimientos de muchos siglos; y serás llamado reparador de brechas, restaurador de senderos donde se pueda habitar.
¿Has rechazado del todo a Judá? ¿o tiene tu alma aborrecida a Sión? ¿por qué pues nos has herido de modo que no hay para nosotros cura? ¡Esperábamos la paz, pero no vino ningún bien; tiempo de sanidad, mas he aquí desmayo!
MEM.- ¿Cómo podré exhortarte? ¿a qué he de semejarte, oh hija de Jerusalem? ¿con qué te compararé, para poderte consolar, oh virgen hija de Sión? porque grande como el mar es tu quebranto; ¿quien pues te sanará?
A las débiles no habéis corroborado, a las enfermas no habéis curado, a las perniquebradas no habéis vendado, a las dispersas no habéis hecho tomar al redil, a las perdidas no habéis buscado; sino que con fuerza las habéis regido, y con rigor.
Cuando vió Efraim su enfermedad y Judá su llaga, acudió Efraim a Asiria, y Judá envió a un rey adversario; mas él no podrá sanaros, ni os curará la llaga.
¡VENID, volvámonos a Jehová, porque él ha desgarrado, y nos sanará; él ha herido, y nos aplicará el vendaje.
¿No nos es arrebatado el alimento delante de nuestra vista? el gozo y la alegría ¿no están quitados de la Casa de nuestro Dios?