Y se repartieron contra ellos de noche, él y sus siervos, e hiriéronlos y los persiguió hasta Hoba, que está a la izquierda de Damasco.
Hechos 9:8 - Biblia Version Moderna (1929) Levantóse pues Saulo de la tierra; y cuando abrió los ojos, no veía nada; y llevándole de la mano, le condujeron a Damasco. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, Biblia Nueva Traducción Viviente Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos, estaba ciego. Entonces sus acompañantes lo llevaron de la mano hasta Damasco. Biblia Católica (Latinoamericana) y Saulo, al levantarse del suelo, no veía nada por más que abría los ojos. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Saulo se levantó del suelo, y abriendo sus ojos, nada° veía. Así que, llevándolo de la mano, lo introdujeron en Damasco. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se levantó, pues, Saulo del suelo y aunque tenía los ojos abiertos nada veía; lo llevaron, pues, de la mano, hasta Damasco. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole de la mano, lo trajeron a Damasco. |
Y se repartieron contra ellos de noche, él y sus siervos, e hiriéronlos y los persiguió hasta Hoba, que está a la izquierda de Damasco.
Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa los hirieron con ceguera, desde el menor hasta el mayor: y ellos se cansaban buscando inútilmente la puerta.
A lo cual le dijo Jehová: ¿Quién dió boca al hombre? ¿o quién le hace mudo o sordo, dotado de vista o ciego? ¿acaso no soy yo, Jehová?
Ahora pues, he aquí que la mano del Señor está sobre ti, y estarás, ciego, sin ver el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él obscuridad y tinieblas; y andaba en derredor buscando quien le llevase de la mano.
Y como yo no podía ver, a causa de la gloria de aquella luz, conducido de la mano por los que conmigo estaban, vine a Damasco.
Y al momento cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista: y levantándose, fué bautizado;
En Damasco, el gobernador bajo el rey Aretas, tenía guardada la ciudad de los damascenos, para prenderme;
ni subí a Jerusalem, a verme con los que eran apóstoles antes que yo; sino que me fuí a la Arabia; y volví otra vez a Damasco.