entonces el cojo saltará como ciervo, y cantará la lengua del mudo: porque revientan aguas en el desierto, y arroyos en el yermo.
Hechos 8:7 - Biblia Version Moderna (1929) Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, éstos salían, clamando a gran voz; y muchos paralíticos y cojos fueron sanados. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; Biblia Nueva Traducción Viviente Muchos espíritus malignos fueron expulsados, los cuales gritaban cuando salían de sus víctimas; y muchos que habían sido paralíticos o cojos fueron sanados. Biblia Católica (Latinoamericana) Pues espíritus malos salían de los endemoniados dando gritos, y varios paralíticos y cojos quedaron sanos. La Biblia Textual 3a Edicion Porque de muchos que tenían° espíritus inmundos, salían clamando a gran voz; y muchos paralíticos y cojos eran sanados. Biblia Serafín de Ausejo 1975 porque de muchos posesos salían los espíritus impuros clamando a grandes voces. Y muchos paralíticos y cojos eran curados. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque espíritus inmundos, dando grandes voces, salían de muchos poseídos; y muchos paralíticos y cojos eran sanados. |
entonces el cojo saltará como ciervo, y cantará la lengua del mudo: porque revientan aguas en el desierto, y arroyos en el yermo.
LLAMANDO a sí a sus doce discípulos, les dió autoridad sobre los espíritus inmundos, para echarlos fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
los ciegos reciben la vista, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es predicado el evangelio;
Y su fama se extendió por toda la Siria; y traíanle todos los que estaban enfermos, atacados por diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y los lunáticos, y los paralíticos; y él los sanaba.
Entonces el espíritu clamó, y arrojándole en fuertes convulsiones, salió; y él quedó como muerto; de manera que los más decían: Está muerto.
¶Y volvieron los setenta con gozo, diciendo: ¡Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre!
En verdad, en verdad os digo: El que creyere en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y mayores que éstas hará, por cuanto yo voy al Padre.
Concurrió también el populacho de las ciudades de en derredor de Jerusalem, trayendo los enfermos y los atormentados de espíritus inmundos; los cuales fueron sanados todos.
Y las multitudes, de común acuerdo, prestaron atención a las cosas dichas por Felipe, al oír y ver los milagros que hacía.
atestiguando juntamente con ellos Dios, por medio de señales y maravillas, y diversos géneros de milagros, y dones del Espíritu Santo, conforme a su propia voluntad.