Entonces volviéndose hacia atrás, los miró, y los maldijo en el nombre de Jehová: y salieron dos osas del bosque, que despedazaron de ellos cuarenta y dos muchachos.
Hechos 5:5 - Biblia Version Moderna (1929) Y oyendo Ananías estas palabras, cayó, y expiró: y vino gran temor sobre todos los que lo oyeron. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Biblia Nueva Traducción Viviente En cuanto Ananías oyó estas palabras, cayó al suelo y murió. Todos los que se enteraron de lo sucedido quedaron aterrados. Biblia Católica (Latinoamericana) Al oír Ananías estas palabras, se desplomó y murió. Un gran temor se apoderó de cuantos lo oyeron. La Biblia Textual 3a Edicion Al oír estas palabras, Ananías cayó y expiró. Y vino° un gran temor sobre todos los que lo oían. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al oír Ananías estas palabras cayó al suelo y expiró. Y un gran temor se apoderó de todos los oyentes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y expiró. Y vino gran temor sobre todos los que lo oyeron. |
Entonces volviéndose hacia atrás, los miró, y los maldijo en el nombre de Jehová: y salieron dos osas del bosque, que despedazaron de ellos cuarenta y dos muchachos.
Y David tuvo temor de Dios en aquel día, y dijo: ¿Cómo traeré a mí el Arca de Dios?
porque por no haberla llevado vosotros desde un principio, Jehová nuestro Dios estalló en ira contra nosotros; porque no le buscábamos conforme al orden prescrito.
Mi carne se estremece por temor de ti, y ante tus juicios me lleno de pavor. AYIN
y todos los hombres temerán; y protestarán que es obra de Dios, y entenderán sus hechos.
Por tanto, así dice Jehová, el Dios de los Ejércitos: por cuanto decís esto; he aquí, yo hago que mis palabras en tu boca sean el fuego, y este pueblo la leña, para que los devore.
Y aconteció que mientras yo profetizaba, Pelatías hijo de Benaya murió: y yo caí sobre mi rostro, y clamé con voz grande, diciendo: ¡Ah, Jehová, Señor! ¿tú vas a acabar con el residuo de Israel?
Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto mismo es lo que habló Jehová, diciendo: He de ser santificado por los que se me acercan, y delante de todo el pueblo seré tenido en honra. Y Aarón enmudeció.
Ahora pues, he aquí que la mano del Señor está sobre ti, y estarás, ciego, sin ver el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él obscuridad y tinieblas; y andaba en derredor buscando quien le llevase de la mano.
¶Y tuvo toda persona temor, y muchas maravillas y señales fueron hechas por medio de los apóstoles.
y de los demás ninguno osaba juntarse con ellos; mas el pueblo los engrandecía;
¿Qué queréis? ¿que yo vaya a vosotros con vara de castigo, o en amor, y con espíritu de dulzura?
Por tanto, escribo estas cosas, estando ausente, para que, estando presente, no use de severidad, según la autoridad que me ha dado el Señor, para edificación y no para demolición.
Ya he dicho antes, y otra vez os lo digo de antemano, como cuando estaba presente la segunda vez, así ahora, estando ausente, lo digo a los que han pecado anteriormente, y a todos los demás, que si voy otra vez, no perdonaré;
Pues, he aquí, esto mismo, el que fuisteis entristecidos según Dios, ¡qué solícito cuidado obró en vosotros! y ¡qué defensa de vosotros mismos! y ¡qué indignación! y ¡qué temor! y ¡qué ardiente deseo! y ¡qué celo! y ¡que justicia vengativa! En todo os habéis mostrado puros en este asunto.
Y todo Israel oirá y temerá, y no volverá más a hacer semejante maldad en medio de ti.
Y todos los hombres de su ciudad le apedrearán hasta que muera: así extirparás el mal de en medio de ti; y todo Israel oirá y temerá.
¿No cometió Acán hijo de Zara prevaricación en el anatema, y sobre toda la Congregación de Israel hubo explosión de ira? y aquel hombre no pereció solo en su iniquidad.
Y en aquella hora sucedió un gran terremoto, y cayó la décima parte de la ciudad, y fueron muertas en el terremoto siete mil personas; y los demás fueron atemorizados, y dieron gloria al Dios del cielo.
Y si alguno procura dañarlos, fuego procede de sus bocas, y devora a sus enemigos; y si alguno procurare dañarlos, es menester que de esta manera sea muerto.