Hechos 5:4 - Biblia Version Moderna (1929) Quedándose como estaba, ¿no se te quedaba para ti? y vendido, ¿no estaba en tu mismo poder? ¿Cómo es que has concebido esta cosa en tu corazón? ¡no has mentido a los hombres, sino a Dios! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente La decisión de vender o no la propiedad fue tuya. Y, después de venderla, el dinero también era tuyo para regalarlo o no. ¿Cómo pudiste hacer algo así? ¡No nos mentiste a nosotros sino a Dios!». Biblia Católica (Latinoamericana) Podías guardar tu propiedad y, si la vendías, podías también quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Reteniéndola, ¿acaso no quedaba siendo tuya? Y una vez vendida, ¿no estaba a tu disposición? ¿Por qué pusiste este asunto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿No eras dueño para quedarte con él, y no podías disponer plenamente de él aun después de vendido? ¿Por qué te decidiste a hacer lo que has hecho? No has defraudado a los hombres, sino a Dios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. |
Yo sabía también, Dios mío, que tú pruebas los corazones, y te complaces en la rectitud: yo pues en la rectitud de mi corazón te he ofrecido voluntariamente todo esto; y ahora veo con regocijo a tu pueblo, los que se hallan aquí, ofrecerte espontáneamente sus dones.
A más de esto, por cuanto tengo puesto mi afecto en la Casa de mi Dios, el tesoro propio mío que tengo de oro y de plata, lo he dado a la Casa de mi Dios, además de todo lo que he preparado para la Casa del Santuario;
de oro para las cosas de oro, y de plata para las de plata, y para toda clase de obra que ha de hacerse por manos de los artífices; y ahora ¿quién es aquel que quiere ofrecer espontáneamente, consagrando sus dádivas hoy a Jehová?
Y regocijóse el pueblo por haber ofrecido espontáneamente; porque de sincero corazón habían ofrecido voluntariamente a Jehová; y también el rey David alegróse con grande alegría.
Ellos conciben el agravio, y paren la iniquidad, y su vientre prepara el engaño.
Porque aun no está la palabra en mi lengua, cuando, he aquí, oh Jehová, tú la conoces toda.
He aquí, el inicuo está en dolores de parto con la maldad; pero concibió trabajo para sí mismo, y pare un engaño.
Dijo además Moisés: Esto sucederá cuando a la tarde Jehová os diere a comer carne, y por la mañana, pan hasta la saciedad; porque oye Jehová vuestras murmuraciones con que murmuráis contra él: ¿y qué somos nosotros? vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.
Así trajeron los hijos de Israel una ofrenda voluntaria a Jehová, es decir, todo hombre y toda mujer cuyo corazón los impulsó a que trajesen algo para toda la obra que Jehová, por conducto de Moisés, había mandado hacer.
No hay quien pleitee con justicia, ni quien litigue de buena fe: confían en vanidad y hablan embustes; conciben vejación y paren iniquidad.
¶Así dice Jehová el Señor: Sucederá que en aquel día subirán proyectos en tu corazón, y tramarás un designio perverso;
Por eso es que tú, y todo tu séquito os habéis juntado contra Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que murmuréis contra él?
El que oye a vosotros, a mí me oye; y el que a vosotros os desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí desecha al que me envió.
Pedro entonces le dijo: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrayeses parte del valor del campo?
Pedro entonces le dijo: ¿Cómo es que habéis convenido entre vosotros para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que sepultaron a tu marido, y a ti también te sacarán.
El alimento empero no nos recomienda a Dios: ni somos peores si no comemos, ni somos mejores si comemos.
Por tanto, el que rechaza mis palabras, no rechaza al hombre, sino a Dios, que os da su Espíritu Santo.
pero sin tu consentimiento no quisiera hacer nada; para que tu beneficio no fuese como de necesidad, sino de tu voluntad espontánea.
Entonces la concupiscencia, habiendo concebido, pare el pecado; y el pecado cuando ha llegado a su colmo, da a luz la muerte.
Y Jehová respondió a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo cuanto te dijeren; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que yo no reine sobre ellos.