¡Oíd el oráculo de Jehová, magistrados de Sodoma! ¡escucha la ley de nuestro Dios, oh pueblo de Gomorra!
Hechos 4:5 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Y aconteció, al día siguiente, que se juntaron sus gobernantes, y los ancianos, y los escribas en Jerusalem: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, Biblia Nueva Traducción Viviente Al día siguiente, el Concilio —integrado por todos los gobernantes, ancianos y maestros de la ley religiosa— se reunió en Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) Al día siguiente, los jefes de los saduceos se reunieron con los ancianos y los maestros de la Ley de Jerusalén. La Biblia Textual 3a Edicion Al día siguiente, aconteció que se reunieron en Jerusalem sus gobernantes, y los ancianos, y los escribas; Biblia Serafín de Ausejo 1975 A la mañana siguiente se reunieron en Jerusalén sus jefes, los ancianos y los escribas, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que al día siguiente, los príncipes de ellos, y los ancianos y los escribas; |
¡Oíd el oráculo de Jehová, magistrados de Sodoma! ¡escucha la ley de nuestro Dios, oh pueblo de Gomorra!
¡AY de aquellos que traman la iniquidad y obran la maldad sobre sus camas! Al aclararse la mañana, la ponen por obra, porque está en el poder de su mano.
Y LUEGO, a la madrugada, tuvieron consulta los jefes de los sacerdotes con los ancianos y los escribas y todo el Sinedrio, y atando a Jesús, le llevaron, y le entregaron a Pilato.
Y ACONTECIÓ que en uno de aquellos días, mientras enseñaba al pueblo en el Templo, y predicaba el evangelio, vinieron sobre él los jefes de los sacerdotes, y los escribas, con los ancianos,
¶Y cuando fué de día, reunióse la asamblea de los ancianos del pueblo, así de jefes de los sacerdotes como de escribas, y le trajeron ante su Sinedrio, diciendo:
¶Pilato entonces, habiendo convocado a los jefes de los sacerdotes y a los magistrados y al pueblo,
y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestros gobernantes le entregaron, para que fuese condenado a muerte, y le crucificaron.
Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel:
cuando poniéndose en pie en medio del Sinedrio cierto fariseo, llamado Gamaliel, maestro de la ley, honrado de todo el pueblo, mandó que hiciesen salir fuera a aquellos hombres por un poco de tiempo.
Y conmovieron al pueblo, y a los ancianos, y a los escribas; los cuales, echándosele encima, trabaron de él, y le trajeron al Sinedrio;