Y en cualquiera ciudad o aldea adonde entrareis, averiguad solícitamente quién en ella sea digno: y permaneced allí hasta vuestra partida.
Hechos 21:4 - Biblia Version Moderna (1929) Y habiendo hallado a los discípulos, nos quedamos allí siete días: y ellos dijeron a Pablo, por el Espíritu, que no subiese a Jerusalem. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén. Biblia Nueva Traducción Viviente Desembarcamos, encontramos a los creyentes del lugar y nos quedamos con ellos una semana. Estos creyentes profetizaron por medio del Espíritu Santo, que Pablo no debía seguir a Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) Aquí encontramos a los discípulos y nos detuvimos siete días.
Advertían a Pablo con mensajes proféticos que no subiera a Jerusalén;' La Biblia Textual 3a Edicion Habiendo hallado a los discípulos, permanecimos allí siete días, y ellos aconsejaban a Pablo por el Espíritu que no subiera a Jerusalem. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Encontramos a los discípulos y permanecimos allí siete días. Ellos le decían a Pablo, por inspiración del Espíritu, que no subiera a Jerusalén. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y hallando discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén. |
Y en cualquiera ciudad o aldea adonde entrareis, averiguad solícitamente quién en ella sea digno: y permaneced allí hasta vuestra partida.
y habiéndole hallado, le condujo a Antioquía. Y sucedió que por espacio de un año entero, se reunieron con la iglesia, y enseñaron a mucha gente: y los discípulos fueron llamados Cristianos primeramente en Antioquía.
Y MIENTRAS Apolos estaba en Corinto, sucedió que Pablo, habiendo pasado por las regiones altas, llegó a Efeso; y hallando a ciertos discípulos,
Y fueron también con nosotros ciertos de los discípulos desde Cesarea, llevando consigo a un tal Mnasón, de Chipre, discípulo antiguo, con quien habíamos de hospedarnos.
en donde hallamos hermanos, y fuimos convidados a que nos quedásemos con ellos siete días. Y así llegamos a Roma;
porque yo le enseñaré cuantas cosas es menester que él sufra por causa de mi nombre.
Yo estaba en el Espíritu, un día del Señor, y oí detrás de mí una voz, como si fuese de trompeta,