De modo que arrojó al hombre, y colocó al frente del jardín de Edén los querubines y una espada de fuego que daba vueltas por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
Hebreos 1:7 - Biblia Version Moderna (1929) Y de los ángeles se dice: El que hace a sus mensajeros vientos, y a sus ministros llama de fuego. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero con respecto a los ángeles, Dios dice: «Él envía a sus ángeles como los vientos y a sus sirvientes como llamas de fuego». Biblia Católica (Latinoamericana) Tratándose de los ángeles, encontramos palabras como éstas: Dios envía a sus ángeles como espíritus y a sus servidores como llamas ardientes. La Biblia Textual 3a Edicion Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respecto de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles ser como vientos y a sus servidores como fuego calcinante. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego. |
De modo que arrojó al hombre, y colocó al frente del jardín de Edén los querubines y una espada de fuego que daba vueltas por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
Con lo cual dijo Micaya: Por lo mismo, oye tú el oráculo de Jehová: Yo ví a Jehová sentado sobre su trono, y a todos los ejércitos celestiales que estaban al rededor de él, a su diestra y a su siniestra.
Y aconteció que mientras ellos seguían andando y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego, que los separaron al uno del otro; y subió Elías en un torbellino al cielo.
Y oró Eliseo, diciendo: ¡Jehová, ruégote le abras los ojos, para que pueda ver! Y Jehová abrió los ojos del mozo, y vió; ¡y he aquí que el cerro estaba lleno de caballos y carros de fuego en derredor de Eliseo!
que hace los vientos sus mensajeros, los flamigeros rayos sus ministros.
Encima del trono estaban los serafines: seis alas tenía cada uno de ellos; con dos se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.
Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares ministraban delante de él, y millones de millones en su presencia se levantaban; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
Y el ángel contestó, diciéndome: Éstos son los cuatro vientos del cielo, que van saliendo de su puesto, junto al Señor de toda la tierra.
¿no son todos ellos espíritus ministradores, enviados para hacer servicio a favor de los que han de heredar la salvación?