Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿De qué nos aprovecha matar a nuestro hermano, y encubrir su sangre?
Génesis 50:20 - Biblia Version Moderna (1929) Vosotros es cierto os propusisteis contra mí el mal; pero Dios lo propuso para bien, a fin de hacer lo que hoy se ve, a saber, conservar la vida de mucha gente. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Biblia Nueva Traducción Viviente Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. Él me puso en este cargo para que yo pudiera salvar la vida de muchas personas. Biblia Católica (Latinoamericana) Ustedes quisieron hacerme daño, pero Dios quiso convertirlo en bien para que se realizara lo que hoy ven: conservar la vida de un pueblo numeroso. La Biblia Textual 3a Edicion Aunque vosotros pensasteis mal contra mí, ’Elohim lo encaminó para bien, para hacer como en el presente, para mantener vivo a un pueblo numeroso. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vosotros maquinasteis un mal contra mí, pero Dios trocó aquel designio en bien, para que se realizara lo que sucede hoy: hacer que viva un pueblo numeroso. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Vosotros pensasteis mal contra mí, pero Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. |
Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿De qué nos aprovecha matar a nuestro hermano, y encubrir su sangre?
Venid y vendámosle a estos Ismaelitas; mas no pongamos nosotros mano sobre él: porque es nuestro hermano, nuestra misma carne. Y convinieron con él sus hermanos;
Viendo pues sus hermanos que le amaba su padre más que a todos ellos, le odiaban, y no podían hablarle pacíficamente.
Pero José les dijo: No temáis; ¿pues estoy yo acaso en lugar de Dios?
Bueno es para mí el haber sido afligido, a fin de que aprenda tus estatutos.
Todos los días mis enemigos tuercen mis palabras; contra mí están todos sus pensamientos para mal.
Ciertamente la ira del hombre te alabará; y el residuo de las iras reprimirás.
Pero él no tiene tal intento, ni lo piensa así su corazón; sino que en su corazón está el propósito de destruir y de exterminar naciones no pocas.
a éste, entregado por determinado consejo y presciencia de Dios, vosotros, por mano de hombres inicuos, le matasteis, crucificándole:
A vosotros primero, habiendo resucitado Dios a su siervo Jesús, le ha enviado para bendeciros, apartando a cada uno de vosotros de sus iniquidades.
Y sabemos que todas las cosas cooperan juntas para el bien de los que aman a Dios, los que son llamados según su propósito.