Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre; y tú serás una bendición.
Génesis 46:3 - Biblia Version Moderna (1929) Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre: no temas descender a Egipto; porque allí haré de ti una nación grande. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. Biblia Nueva Traducción Viviente —Yo soy Dios, el Dios de tu padre —dijo la voz—. No tengas temor de descender a Egipto, porque allí haré de tu familia una gran nación. Biblia Católica (Latinoamericana) Aquí estoy, contestó él. Y Dios prosiguió: 'Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en una gran nación. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces le dijo: Yo soy ’Elohim, el Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en una gran nación. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le dijo: 'Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí haré yo de ti un gran pueblo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque yo haré de ti una gran nación. |
Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre; y tú serás una bendición.
DESPUÉS de estas cosas Abram tuvo en visión una revelación de Jehová, que decía: No temas Abram; yo soy tu escudo, tu galardón sobremanera grande.
Y dijo Dios a Abram: Sabe con toda seguridad que tu simiente será extranjera en tierra ajena, donde los reducirán a servidumbre y los oprimirán hasta cuatrocientos años.
PERO siendo Abram de edad de noventa y nueve años, Jehová apareció a Abram, y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto.
ya que Abraham ciertamente vendrá a ser una nación grande y fuerte, y que han de ser bendecidas en él todas las naciones de la tierra?
que bendiciendo te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como las arenas a la orilla del mar; y tu simiente poseerá la puerta de sus enemigos;
Además le dijo Dios: Yo soy el Dios Omnipotente; sé fecundo y multiplícate; una nación y una congregación de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos.
Israel pues habitó en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tuvieron posesiones en ella, y fueron fecundos y se multiplicaron mucho.
el Ángel que me rescató de todo mal, bendiga a estos muchachos; y sean llamados de mi nombre, y del nombre de mis padres, Abraham e Isaac; y multiplíquense abundantemente en la tierra.
Pero rehusó su padre, diciendo: Lo sé, hijo mío, lo sé; éste también vendrá a ser pueblo, y él también será grande; y sin embargo su hermano menor será más grande que él; y su linaje vendrá a ser una multitud de naciones.
Empero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban, y tanto más rápidamente crecían; de manera que ellos estaban hastiados de los hijos de Israel.
Entonces dijo Moisés al pueblo: No temáis; estad firmes, y veréis la salvación que Jehová obrará por vosotros hoy; porque en cuanto a los Egipcios que hoy habéis visto, nunca mas para siempre los volveréis a ver.
¡no temas, porque contigo estoy yo! ¡no desmayes, porque yo soy tu Dios! ¡te fortaleceré, sí, te ayudaré, sí, te sustentaré con la diestra de mi justicia!
Y Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, les juró a ellos y a sus gentes, diciendo: No temáis servir a los Caldeos; morad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y os irá bien.
el cual decía: No temas Pablo; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí que Dios te ha dado a todos los que navegan contigo.
Mas en tanto que se acercaba el tiempo de la promesa que había jurado Dios a Abraham, se aumentó el pueblo, y multiplicóse en Egipto,
Jehová vuestro Dios os ha hecho muy numerosos; y heos aquí el día de hoy como las estrellas del cielo en multitud.
Con setenta personas tus padres descendieron a Egipto, y ahora Jehová tu Dios te ha hecho como las estrellas del cielo en multitud.
En seguida responderás, y dirás en presencia de Jehová tu Dios: Un siro a punto de perecer fué mi padre; el cual, con muy pocos hombres, bajó a Egipto para morar allí temporalmente, y allí vino a ser una nación grande, fuerte y numerosa.