Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Llegamos a tu hermano Esaú, y también él viene a tu encuentro, y cuatrocientos hombres con él.
Génesis 33:15 - Biblia Version Moderna (1929) Dijo entonces Esaú: Permite que ponga a tu servicio parte de la gente que está conmigo. Mas dijo Jacob: ¿Para qué esto? ¡Halle yo gracia en los ojos de mi señor! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Esaú dijo: Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y Jacob dijo: ¿Para qué esto? Halle yo gracia en los ojos de mi señor. Biblia Nueva Traducción Viviente —De acuerdo —dijo Esaú—, pero déjame al menos asignarte a algunos de mis hombres para que los guíen y los protejan. —No es necesario —respondió Jacob—. ¡Basta que me hayas recibido amigablemente, mi señor! Biblia Católica (Latinoamericana) Respondió Esaú: 'Por lo menos acepta que se queden contigo algunos de los hombres que me acompañan.. Jacob replicó: 'No es necesario si tengo paz contigo. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo Esaú: Dejaré ahora contigo parte de la gente que viene conmigo. Pero él respondió: ¿Esto para qué? Halle gracia a ojos de mi señor.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Contestó Esaú: 'Quiero al menos dejar contigo parte de la gente que va conmigo'. Replicó Jacob: '¿Para qué? Me basta haber conseguido la benevolencia de mi señor'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Esaú dijo: Permíteme ahora dejar contigo algunos de los que vienen conmigo. Y él dijo: ¿Para qué esto? halle yo gracia en los ojos de mi señor. |
Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Llegamos a tu hermano Esaú, y también él viene a tu encuentro, y cuatrocientos hombres con él.
De manera que se volvió Esaú en ese mismo día, y tomó su camino para Seir.
Siquem también dijo al padre y a los hermanos de ella: ¡Halle yo gracia en vuestros ojos! y lo que me dijereis yo lo daré.
A lo cual ellos dijeron: ¡La vida nos has dado; hallemos gracia en los ojos de mi señor; y seremos siervos de Faraón!
Dijo pues el rey a Siba: ¡He aquí que tuyo es todo lo que pertenece a Mefiboset! Y respondió Siba: ¡Me inclino ante ti! ¡halle yo gracia en tus ojos, señor mío, oh rey!
A lo que ella respondió: ¡Halle yo gracia en tus ojos, señor mío! porque me has consolado, y porque has hablado cariñosamente a tu sierva; aunque yo no sea como una de estas tus siervas.
A lo cual ella respondió: ¡Halle tu sierva gracia en tus ojos! y la mujer se fué por su camino, y comió, y su cara ya no era como antes.
Pregunta a tus mozos, que ellos te dirán lo mismo; hallen pues mis mozos favor en tus ojos; porque en buen día hemos venido: ruégote que des lo que te viniere a la mano a tus siervos y a tu hijo David.