Y dijo Esaú a Jacob: Ruégote me dejes comer de este potaje rojo, porque estoy rendido de cansancio. Por esto fué llamado Edom.
Génesis 30:14 - Biblia Version Moderna (1929) Y fué Rubén, en tiempo de la cosecha de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a su madre Lea. Entonces dijo Raquel a Lea: Ruégote me des de las mandrágoras de tu hijo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. Biblia Nueva Traducción Viviente Cierto día, durante la cosecha de trigo, Rubén encontró algunas mandrágoras que crecían en el campo y se las llevó a su madre, Lea. Raquel le suplicó a Lea: —Por favor, dame algunas de las mandrágoras que te trajo tu hijo. Biblia Católica (Latinoamericana) En el tiempo de la siega del trigo, salió Rubén y encontró unas manzanas silvestres en el campo; y se las llevó a su madre Lía. Las vio Raquel y dijo a Lía: 'Por favor, dame alguna de esas manzanas silvestres que ha traído tu hijo. La Biblia Textual 3a Edicion Durante la siega del trigo, fue Rubén y halló mandrágoras° en el campo, y las llevó a su madre Lea. Y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salió Rubén al tiempo de la siega del trigo, encontró mandrágoras en el campo y se las trajo a Lía, su madre. Dijo Raquel a Lía: 'Dame, por favor, algunas de las mandrágoras de tu hijo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre: y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. |
Y dijo Esaú a Jacob: Ruégote me dejes comer de este potaje rojo, porque estoy rendido de cansancio. Por esto fué llamado Edom.
Mas ella le respondió: ¿Es tan poca cosa el haberte tú llevado mi marido, que quieras llevarte también las mandrágoras de mi hijo? Dijo Raquel: Por tanto se acostará contigo esta noche, a trueque de las mandrágoras de tu hijo.
Y cuando Jacob volvió del campo a la tarde, salióle al encuentro Lea, y le dijo: Conmigo has de estar esta noche; que a buen seguro te he alquilado con las mandrágoras de mi hijo. Y acostóse con ella aquella noche.
¡Las mandrágoras despiden su fragancia, y junto a nuestras puertas están toda suerte de frutas exquisitas, tanto nuevas como añejas, que tengo guardadas para ti, oh amada mío!
Y junto al lindero de Simeón, desde el lado oriental hasta el lado occidental, tendrá Isacar una porción.