Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con clamor grande y sobremanera amargo, y dijo a su padre: ¡Bendíceme a mí, a mí también, oh padre mío!
Génesis 27:38 - Biblia Version Moderna (1929) Entonces dijo Esaú a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme a mí, a mí también, oh padre mío! Y levantó Esaú la voz y lloró. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Pero acaso tienes una sola bendición? Oh padre mío, ¡bendíceme también a mí! —le rogó Esaú. Entonces Esaú perdió el control y se echó a llorar. Biblia Católica (Latinoamericana) Esaú insistió: '¿Acaso no tienes más bendición que ésta? Padre, bendíceme a mí también. Y Esaú se puso a llorar. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo Esaú a su padre: Padre mío, ¿no tienes ni una sola bendición? ¡Bendíceme también a mí padre mío! Y Esaú alzó su voz y lloró.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Esaú a su padre: '¿No tienes más que una bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró. |
Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con clamor grande y sobremanera amargo, y dijo a su padre: ¡Bendíceme a mí, a mí también, oh padre mío!
Entonces él dijo: ¿No se le nombró bien Jacob? pues me ha suplantado estas dos veces: tomó mi primogenitura, y he aquí, ¡ahora me ha quitado mi bendición! Y dijo: ¿No has reservado una bendición para mí?
Todas estas son las tribus de Israel, doce en número, y esto fué lo que les dijo su padre cuando los bendijo: a cada una la bendijo conforme a su propia bendición.
he aquí que mis siervos cantarán por gozo de corazón, mas vosotros clamaréis por dolor de corazón, y aullaréis por quebranto de espíritu.
porque sabéis que aun cuando después deseaba heredar la bendición, fué desechado (porque no halló en su padre lugar de arrepentimiento), aunque la buscaba solícitamente, con lágrimas.
Vinieron pues los mensajeros a Gabaa de Saúl; y cuando hubieron referido estas palabras en oídos del pueblo, alzó todo el pueblo la voz y lloró.