Y no acertó a conocerle, porque sus manos estaban vellosas, como las manos de Esaú su hermano; y así le bendijo.
Génesis 27:24 - Biblia Version Moderna (1929) Empero le dijo: ¿Eres tú en realidad mi hijo Esaú? Y él respondió: Lo soy. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿De verdad eres mi hijo Esaú? —preguntó. —Sí, lo soy —contestó Jacob. Biblia Católica (Latinoamericana) Volvió a preguntarle: '¿Eres de verdad mi hijo Esaú?' Contestó Jacob: 'Sí, yo soy. La Biblia Textual 3a Edicion Y preguntó: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Contestó: Lo soy. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después preguntó: '¿De verdad eres tú mi hijo Esaú?'. Respondió: 'Sí, lo soy'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y él respondió: Yo soy. |
Y no acertó a conocerle, porque sus manos estaban vellosas, como las manos de Esaú su hermano; y así le bendijo.
Dijo por tanto: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que le bendiga mi alma. Y él se la acercó, y comió; y le trajo vino, y bebió.
¶Y le dijo el rey: ¿Qué tienes? Y ella respondió: A la verdad que soy una mujer viuda, pues que se me ha muerto mi marido.
Entonces el otro le dijo: Yo también soy profeta así como tú; y un ángel me habló por revelación de Jehová, diciendo: Hazle volver contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua: empero le mintió.
Porque tu iniquidad enseña a tu boca; y escoges la lengua de los arteros.
Los labios veraces permanecerán estables para siempre; mas sólo por un momento la lengua mentirosa.
Abominación a Jehová son los labios mentirosos; pero los que obran con honradez son su deleite.
¡Aleja de mí la vanidad y las mentiras; no me des ni pobreza ni riqueza; aliméntame del pan señalado para mi:
Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad cada cual verdad con su prójimo, juzgad según la verdad y lo conducente a la paz, dentro de vuestras puertas:
¶Por tanto, desechando la mentira, hablad la verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
No mintáis los unos a los otros, ya que os habéis desnudado del hombre viejo con sus obras,
Por lo cual disfrazó su juicio delante de ellos, y fingióse loco entre sus manos, y borrajeaba las hojas de la puerta, y dejó correr la saliva por sus barbas.
Y respondió David a Ahimelec sacerdote: El rey me dió cierta comisión, y me dijo: Nadie sepa cosa alguna del asunto a que te envío y que te he encomendado. Por eso he indicado a mis soldados que me esperen en tal y tal parte.
Y cuando le preguntaba Aquís: ¿No habéis hecho alguna correría hoy? le respondía David: Sí, sobre el mediodía de Judá, o sobre el mediodía de los de Jerameel, o sobre el mediodía de los Cineos.