Y preguntaron los hombres del lugar acerca de su mujer. Y él respondió: Mi hermana es; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; no sea que me maten (decía él) los hombres el lugar con motivo de Rebeca; pues era de hermoso parecer.
Génesis 26:8 - Biblia Version Moderna (1929) Mas aconteció que, como se le prolongasen allí los días, asomándose Abimelec, rey de los Filisteos, a una ventana, miró, y he aquí que Isaac jugueteaba con Rebeca su mujer. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer. Biblia Nueva Traducción Viviente pero tiempo después, Abimelec, rey de los filisteos, miró por la ventana y vio a Isaac acariciando a Rebeca. Biblia Católica (Latinoamericana) Llevaba ya bastante tiempo allí, cuando Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, sorprendió a Isaac acariciando a Rebeca. La Biblia Textual 3a Edicion Pasado allí bastante tiempo, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por la ventana vio a Isaac, y he aquí acariciaba° a Rebeca, su mujer. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llevaba ya Isaac largo tiempo allí cuando un día Abimélec, rey de los filisteos, se asomó a la ventana y vio que Isaac acariciaba a Rebeca, su mujer. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que jugueteaba con su esposa Rebeca. |
Y preguntaron los hombres del lugar acerca de su mujer. Y él respondió: Mi hermana es; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; no sea que me maten (decía él) los hombres el lugar con motivo de Rebeca; pues era de hermoso parecer.
Y llamando Abimelec a Isaac, le dijo: ¡He aquí, ciertamente ella es tu mujer! ¿cómo pues dijiste tú: Es mi hermana? Y le respondió Isaac: Porque dije: No sea que yo muera por causa de ella.
Pues desde la ventana de mi casa estaba yo mirando por entre las celosías,
Goza de la vida con tu mujer, a quien amas, todos los días de tu vida de vanidad que Dios te ha dado debajo del sol; sí, todos tus días de vanidad: porque esto es tu porción en esta vida, y en tu trabajo en que te afanas debajo del sol.
¡Mi amado es como el corzo, o como el cervatillo! ¡He aquí que está ya junto a nuestra pared; mira por las ventanas, atisba por entre las celosías!
Porque como un mancebo se casa con una virgen, así tus hijos te poseerán a ti; y de la manera que el novio se regocija sobre la novia, así tu Dios se regocijará sobre ti.
Desde la ventana tiende una mujer la vista, y clama; clama la madre de Sísara desde las celosías: ¿Por qué se tarda su carro en venir? ¿por qué se atrasan las pisadas de sus caballos?