Pues aquel que Dios ha enviado, habla las palabras de Dios; porque no le da Dios el Espíritu con medida.
Gálatas 3:23 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Mas antes que viniese la fe, estábamos guardaos bajo sistema de ley, encerrados en preparación para la Fe, que más tarde había de ser revelada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. Biblia Nueva Traducción Viviente Antes de que se nos abriera el camino de la fe en Cristo, estábamos vigilados por la ley. Nos mantuvo en custodia protectora, por así decirlo, hasta que fuera revelado el camino de la fe. Biblia Católica (Latinoamericana) Hasta que no llegaran los tiempos de la fe, la Ley nos guardaba bajo llave, a la espera de la fe que se iba a revelar. La Biblia Textual 3a Edicion Y antes que viniera la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que iba a ser revelada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Antes de que viniera la fe, estábamos encerrados bajo la custodia de la ley, en espera de la fe que había de revelarse. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados para aquella fe que había de ser revelada. |
Pues aquel que Dios ha enviado, habla las palabras de Dios; porque no le da Dios el Espíritu con medida.
Porque a todos los ha encerrado Dios, en la desobediencia, para que tuviese misericordia de todos.
¶Mas sabemos que cuanto dice la ley, ella lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca enmudezca, y el mundo todo se tenga por reo delante de Dios.
¿De qué pues sirvió la ley? Fué añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente, a quien la promesa fué hecha; y fué ordenada por medio de ángeles en mano de un medianero.
¶Conforme a la fe murieron todos éstos, no habiendo recibido aún las promesas; pero las vieron y las saludaron desde lejos, y confesaron que eran extranjeros y transeuntes sobre la tierra.
mirando a Jesús, autor y consumador de nuestra fe, el cual por el gozo que fué puesto delante de él, soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra de Dios.