Tú pues, ciñe tus lomos y ponte en pie, y diles todo cuanto yo te mando; no te acobardes a causa de ellos, no sea que yo te confunda delante de ellos.
Gálatas 2:11 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Pero cuando vino Cefas a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero cuando Pedro llegó a Antioquía, tuve que enfrentarlo cara a cara, porque él estaba muy equivocado en lo que hacía. Biblia Católica (Latinoamericana) Tiempo después, cuando Cefas vino a Antioquía, le enfrenté en circunstancias en que su conducta era reprensible. La Biblia Textual 3a Edicion Pero cuando Cefas° fue a Antioquía, me opuse a él cara a cara, porque era de condenar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero cuando llegó Cefas a Antioquía me opuse a él abiertamente, porque era digno de reprensión. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí en su cara, porque era de condenar. |
Tú pues, ciñe tus lomos y ponte en pie, y diles todo cuanto yo te mando; no te acobardes a causa de ellos, no sea que yo te confunda delante de ellos.
¶Levantóse entonces Jonás, para huir a Tarsis, yéndose de la presencia de Jehová: y descendiendo a Joppe, halló una nave que iba a Tarsis; pagó pues el pasaje, y entró en ella para ir con ellos a Tarsis; huyendo de la presencia de Jehová.
¶Y dijo Dios a Jonás: ¿Haces bien en enojarte a causa de la calabacera? A lo cual respondió: ¡Sí, hago bien en enojarme, hasta querer morir!
Jehová empero dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creisteis en mí para santificarme en presencia de los hijos de Israel, por tanto vosotros no introduciréis esta Congregación en la tierra que yo les he dado.
Mas él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Apártate de mi vista, Satanás! ¡de tropiezo me sirves: porque no piensas en lo que es de Dios, sino en lo que es de los hombres!
y le trajo a Jesús. Jesús le miró, y dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; serás llamado Cefas (que se traduce Pedro).
Aquellos, pues, que habían sido esparcidos por la persecución suscitada con motivo de Esteban, fueron hasta Fenicia, y Chipre, y Antioquia, predicando la palabra; mas sólo a los judíos.
Y algunos de ellos eran hombres de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando vinieron a Antioquía, hablaron a los griegos también, publicando la buena nueva del Señor Jesús.
Y la noticia de estas cosas llegó a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalem; y enviaron a Bernabé hasta Antioquía;
¶En aquellos días algunos profetas descendieron de Jerusalem a Antioquía.
Y CIERTOS hombres que habían descendido desde Judea, enseñaron a los hermanos, diciendo: A menos que seáis circuncidados, conforme a la institución de Moisés, no podéis ser salvos.
Pero se levantaron ciertos creyentes, de la secta de los fariseos, diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles guardar la ley de Moisés.
Toleradme pues a mí; porque considero que no soy en nada inferior a los más eminentes apóstoles.
¶¡Me he hecho un insensato! vosotros me compelisteis; pues yo debiera haber sido encomiado por vosotros: porque en nada he sido inferior a los más eminentes apóstoles; aunque nada soy.
Por tanto, nosotros de ahora en adelante, no conocemos a nadie según la carne: y aunque hayamos conocido a Cristo según la carne, ahora empero no le conocemos más así.
¶Entonces, pasados tres años, subí a Jerusalem para conocer a Cefas, y permanecí con él quince días.
Mas cuando yo ví que no andaban derechamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles, y no como los judíos, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?
a los cuales no cejamos con sujeción, ni aun por una hora; para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.
Antes al contrario, habiendo visto que me había sido encomendado a mí el evangelio de la incircuncisión, así como a Pedro el evangelio de la circuncisión;
percibiendo pues ellos la gracia que me fué dada a mí, Santiago y Cefas y Juan, que eran reputados como columnas, me dieron a mí y a Bernabé la mano derecha de comunión, para que fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión
A los que han pecado, repréndelos en presencia de todos, para que los demás también tengan temor.
pues que en muchas cosas todos tropezamos. Si alguno no tropieza en palabra, el tal es hombre perfecto, capaz de refrenar además todo el cuerpo.
¶Amados míos, poniendo yo todo empeño en escribiros respecto de nuestra común salvación, me veo en la necesidad de escribiros, exhortándoos que contendáis con tesón por la fe que una vez fué entregada a los santos.