Y el peso de los clavos fué cincuenta siclos de oro: cubrió también los pisos altos de oro.
Éxodo 38:20 - Biblia Version Moderna (1929) Y todas las estacas del Tabernáculo, y del atrio al rededor, eran de bronce. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Todas las estacas del tabernáculo y del atrio alrededor eran de bronce. Biblia Nueva Traducción Viviente Todas las estacas que se usaban en el tabernáculo y en el atrio eran de bronce. Biblia Católica (Latinoamericana) Las estacas y clavos, tanto de la Morada como del atrio, eran de bronce. La Biblia Textual 3a Edicion Todas las estacas para el Tabernáculo y para el atrio alrededor eran de bronce. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todas las estacas del santuario y las del recinto del atrio eran de bronce. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y todas las estacas del tabernáculo y del atrio alrededor eran de bronce. |
Y el peso de los clavos fué cincuenta siclos de oro: cubrió también los pisos altos de oro.
Y ahora por un breve momento ha habido favor de parte de Jehová nuestro Dios, para dejarnos un resto que escape, y para darnos un clavo en su Lugar Santo; para iluminarnos nuestro Dios los ojos, y para concedernos un pequeño avivamiento en nuestra servidumbre;
Todos los utensilios de la Habitación, en todo su servicio exterior, y todas sus estacas, con todas las estacas del atrio, serán de bronce.
Sus columnas eran cuatro, y sus basas cuatro, de bronce; mas sus ganchos eran de plata; también el revestimiento de sus capiteles y sus varas conexivas eran de plata.
Este es el inventarlo de los efectos de la Habitación, de la Habitación del Arca del Testimonio, que fueron enumerados por orden de Moisés, (para el servicio de los Levitas), por mano de Itamar, hijo de Aarón, sumo sacerdote.
Las palabras de los sabios son aguijones; y como clavos profundamente hincados son las palabras de los maestros de las asambleas, las cuales son dadas por parte de un solo Pastor.
Y le hincaré como clavo en un lugar seguro; y será como trono de gloria para la casa de su padre.
¡Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes! tus ojos verán a Jerusalem, morada tranquila, tienda que no ha de removerse; sus estacas no serán arrancadas jamás, ni ninguna de sus cuerdas será rota;
y no teniéndose de la cabeza; de quíen todo el cuerpo, suplido y coadyuvado por medio de coyunturas y ligaduras, se aumenta con el aumento de Dios.