Y soñó: y he aquí una escalera cuya base estaba en la tierra, y su cima tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y bajaban por ella:
Éxodo 37:9 - Biblia Version Moderna (1929) Y estaban los querubines con las alas extendidas hacia arriba haciendo sombra con sus alas por encima del Propiciatorio, y teniendo las caras vueltas la una a la otra; hacia el Propiciatorio estaban dirigidas las caras de los querubines. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio; y sus rostros el uno enfrente del otro miraban hacia el propiciatorio. Biblia Nueva Traducción Viviente Los querubines estaban frente a frente, mirando hacia la tapa de la expiación, con las alas extendidas por encima de la tapa para protegerla. Biblia Católica (Latinoamericana) Los dos querubines tenían las alas extendidas y cubrían con sus alas el Lugar del Perdón. Estaban uno frente al otro y sus caras miraban al Lugar del Perdón. La Biblia Textual 3a Edicion Y los querubines extendían sus alas en alto, y cubrían con sus alas el propiciatorio vueltos sus rostros el uno hacia el otro; y los rostros de los querubines estaban hacia el propiciatorio. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ambos querubines tenían sus alas desplegadas en alto, protegiendo con ellas el propiciatorio; y sus rostros, el uno frente al otro, mirando al propiciatorio. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio; y con sus rostros el uno frente al otro, mirando hacia el propiciatorio los rostros de los querubines. |
Y soñó: y he aquí una escalera cuya base estaba en la tierra, y su cima tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y bajaban por ella:
De modo que arrojó al hombre, y colocó al frente del jardín de Edén los querubines y una espada de fuego que daba vueltas por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
Y colocó a los querubines en medio de la Casa de adentro. Y los querubines tenían extendidas las alas, de manera que tocaba el ala del uno con la una pared, y el ala del segundo querubín tocaba con la otra pared; en tanto que las otras dos alas llegaban a la mitad de la Casa, tocándose ala con ala.
Y los querubines estarán con las alas extendidas hacia arriba, haciendo sombra con sus alas al Propiciatorio, y vueltas sus caras la una a la otra: hacia el Propiciatorio estarán mirando las caras de los querubines.
¶Asimismo hizo la mesa, de madera de acacia: de dos codos era la longitud de ella, y de un codo su anchura, y de codo y medio su altura.
un querubín por este extremo, y el otro querubín por aquel extremo; procedentes del Propiciatorio mismo hizo los querubines, a los dos extremos de él.
Encima del trono estaban los serafines: seis alas tenía cada uno de ellos; con dos se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.
Y le dice: En verdad, en verdad os digo, que en adelante veréis abierto el cielo, y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre.
Empero nosotros todos, con rostro descubierto, mirando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados en la misma semejanza, de gloria en gloria, así como por el Espíritu del Señor.
a fin de que ahora por medio de la Iglesia, sea dado a conocer a las potestades y a las autoridades en las regiones celestiales, la multiforme sabiduría de Dios,
Más aún, todas las cosas las tengo por pérdida, a causa de la sobresaliente excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, Señor mío, por causa de quien lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para que yo gane a Cristo,
Y sin controversia alguna, grande es el misterio de la piedad, es a saber: Aquel que fué manifestado en la carne, justificado en el espíritu, visto de ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.
¿no son todos ellos espíritus ministradores, enviados para hacer servicio a favor de los que han de heredar la salvación?
A quienes fué revelado que no para sí mismos, sino para nosotros, ministraban estas cosas, que ahora os han sido anunciadas, por medio de los que os han predicado el evangelio, acompañado del Espíritu Santo enviado del cielo: cosas en las que los ángeles, con mirada fija, desean penetrar.