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Éxodo 37:6 - Biblia Version Moderna (1929)

¶Hizo asimismo el Propiciatorio, de oro puro: de dos codos y medio era su longitud, y de codo y medio su anchura.

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Biblia Reina Valera 1960

Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro; su longitud de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Después hizo la tapa del arca —el lugar de la expiación— de oro puro. Medía un metro con quince centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Hizo el Lugar del Perdón de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro, dos codos y medio su longitud, y un codo y medio su anchura.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Hizo el propiciatorio de oro puro, de dos codos y medio de largo por codo y medio de ancho.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

E hizo el propiciatorio de oro puro; su longitud era de dos codos y medio, y su anchura de un codo y medio.

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Éxodo 37:6
11 Tagairtí Cros  

¶Dió entonces David a Salomón su hijo el diseño del Pórtico del Templo, y de sus edificios, y de sus tesorerías, y de sus cámaras altas, y de sus cámaras interiores, y de la Casa del Propiciatorio;


a saber, el Tabernáculo de Reunión; y el Arca del Testimonio; y el Propiciatorio que estará sobre ella; y todos los utensilios del Tabernáculo;


Y pasó las varas por las argollas a los costados del Arca, para llevar el Arca.


Hizo además dos querubines de oro; labrados a martillo los hizo, a los dos extremos del Propiciatorio;


a quien Dios ha propuesto como sacrificio expiatorio, por medio de la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, a causa de la remisión de los pecados cometidos anteriormente, en la paciencia de Dios;


Mas cuando vino la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, hecho de mujer, hecho bajo ley,


el cual se dió a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad, y purificar para sí mismo un pueblo de su propia posesión, celoso de buenas obras.


Y sobre ella, los querubines de gloria, que hacían sombra al propiciatorio: de las cuales cosas no podemos ahora hablar en particular.


el cual es también la propiciación por nuestros pecados; y no por los nuestros solamente, sino también por los de todo el mundo.