¶Dió entonces David a Salomón su hijo el diseño del Pórtico del Templo, y de sus edificios, y de sus tesorerías, y de sus cámaras altas, y de sus cámaras interiores, y de la Casa del Propiciatorio;
Éxodo 37:6 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Hizo asimismo el Propiciatorio, de oro puro: de dos codos y medio era su longitud, y de codo y medio su anchura. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro; su longitud de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio. Biblia Nueva Traducción Viviente Después hizo la tapa del arca —el lugar de la expiación— de oro puro. Medía un metro con quince centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho. Biblia Católica (Latinoamericana) Hizo el Lugar del Perdón de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho. La Biblia Textual 3a Edicion Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro, dos codos y medio su longitud, y un codo y medio su anchura. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hizo el propiciatorio de oro puro, de dos codos y medio de largo por codo y medio de ancho. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E hizo el propiciatorio de oro puro; su longitud era de dos codos y medio, y su anchura de un codo y medio. |
¶Dió entonces David a Salomón su hijo el diseño del Pórtico del Templo, y de sus edificios, y de sus tesorerías, y de sus cámaras altas, y de sus cámaras interiores, y de la Casa del Propiciatorio;
a saber, el Tabernáculo de Reunión; y el Arca del Testimonio; y el Propiciatorio que estará sobre ella; y todos los utensilios del Tabernáculo;
Y pasó las varas por las argollas a los costados del Arca, para llevar el Arca.
Hizo además dos querubines de oro; labrados a martillo los hizo, a los dos extremos del Propiciatorio;
a quien Dios ha propuesto como sacrificio expiatorio, por medio de la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, a causa de la remisión de los pecados cometidos anteriormente, en la paciencia de Dios;
Mas cuando vino la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, hecho de mujer, hecho bajo ley,
el cual se dió a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad, y purificar para sí mismo un pueblo de su propia posesión, celoso de buenas obras.
Y sobre ella, los querubines de gloria, que hacían sombra al propiciatorio: de las cuales cosas no podemos ahora hablar en particular.
el cual es también la propiciación por nuestros pecados; y no por los nuestros solamente, sino también por los de todo el mundo.