En aquel día el rey consagró el medio del atrio, la parte que estaba delante de la Casa de Jehová, para que se ofreciesen allí los holocaustos, y las ofrendas vegetales, y los sebos de los sacrificios pacíficos: porque el altar de bronce que estaba delante de Jehová, era demasiado pequeño para que cupiesen en él los holocaustos, y las ofrendas vegetales, y los sebos de los sacrificios pacíficos.
A lo cual respondió Azarías, sumo sacerdote, de la casa de Sadoc, y dijo: Desde que se comenzaron a traer las ofrendas a la Casa de Jehová, ha habido bastante para comer, y para saciarnos, y para que sobre muchísimo; porque Jehová ha bendecido a su pueblo: y lo sobrante es esta gran cantidad.
Entonces Moisés dió orden, y pregonaron por el campamento, diciendo: ¡Ni hombre ni mujer prepare más material para las ofrendas del Santuario! De manera que se le impidió al pueblo el traer más: