Y Jacob nombró aquel lugar Peni-El; porque he visto a Dios, (así decía), cara a cara, y fué librada mi vida.
Éxodo 33:20 - Biblia Version Moderna (1929) Dijo además: Tú no podrás ver mi rostro; porque el hombre no puede verme y vivir. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, no podrás ver directamente mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con vida. Biblia Católica (Latinoamericana) Y agregó Yavé: 'Pero mi cara no la podrás ver, porque no puede verme el hombre y seguir viviendo. La Biblia Textual 3a Edicion Dijo también: No podrás ver mi rostro, pues no me verá el hombre y vivirá. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y añadió: 'Pero tú no puedes ver mi rostro, pues el hombre no puede verme y seguir después con vida'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Dijo más: No podrás ver mi rostro: porque no me verá hombre, y vivirá. |
Y Jacob nombró aquel lugar Peni-El; porque he visto a Dios, (así decía), cara a cara, y fué librada mi vida.
y vieron al Dios de Israel; y debajo de sus pies había como una obra de pavimento de zafiros, que era como el cielo mismo en claridad.
¶Subió entonces Moisés con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel:
Díjole además: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces cubrióse Moisés el rostro, porque tuvo temor de mirar a Dios.
luego apartaré mi mano, para que veas mis espaldas; mas mi rostro no será visto.
Entonces yo dije: ¡Ay de mí, pues soy perdido! porque soy hombre de labios inmundos, y en medio de un pueblo de labios inmundos habito; por cuanto mis ojos han visto al Rey, a Jehová de los Ejércitos.
A Dios nadie jamás le ha visto: el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
y me dijisteis: He aquí, Jehová nuestro Dios nos ha hecho ver su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego. Hoy hemos visto que Dios habla con el hombre, y éste vive.
el cual solo tiene inmortalidad, habitando en una luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto jamás, ni le puede ver: a quien sea honra y poder eterno. Amén.
Pero ¿a cuál de los ángeles ha dicho él jamás: Siéntate a mi diestra hasta que yo ponga a tus enemigos debajo de tus pies?
Por lo cual Manoa dijo a su mujer: De seguro que moriremos, porque hemos visto a Dios.
Así vió Gedeón que era el Ángel de Jehová; y dijo Gedeón: ¡Ay de mí, Señor Jehová, porque he visto el Ángel de Jehová cara a cara!